Una Errónea Nostalgia de un Pasado que Nunca Existió

person standing on arrow sign on road

La memoria muchas veces juego trucos sobre nuestro entendimiento del mundo. Estamos absolutamente seguros de que dejamos nuestras llaves del carro en la mesa a la entrada de la casa o que esa tormenta particularmente mala sucedió en la primavera de 1983 y no en el otoño del año anterior. Es un hecho neuro-científico bien establecido que la memoria es muchas veces poco confiable y que está sujeta a una preparación, errores y recordatorios erróneos. El dicho acerca de los “buenos y viejos días” y la memoria imperfecta se han atribuido a muchas personas y el psicólogo de la Universidad de Harvard Steven Pinker lo usó en su libro de 2018 Enlightenment Now! para explicar por qué muchas veces subestimamos el progreso en el mundo.

Recuerdo particularmente los inviernos nevados de mi infancia, creciendo en el sur de Suecia. Cada navidad, mi hermana y yo jugaríamos en la nieve, construiríamos iglús y hombres de nieve, y nos maravillaríamos ante las luces de navidad. Pero resulta que estas memorias son confusas e imprecisas. Cuando los meteorólogos suecos observaron el clima local a lo largo de los últimos 100 años, notaron que mi región ahora ve nieve durante la navidad solo alrededor de una vez cada cinco o diez años. De hecho, desde 1981, solo un solo registro existe de una víspera de navidad con más de 10 centímetros de nieve.

Cuando soportamos otra navidad con nieve medio derretida y lodo, recordamos esos inviernos blancos de nuestra infancia y culpamos nuestra inusual mala suerte, al cambio climático, o alguna otra explicación ubicua de por qué nada hoy parece ser tan grandioso como alguna vez lo fue. Tengo memorias claras de la nieve y memorias claras de la navidad —simplemente estas no sucedieron al mismo tiempo. Por supuesto, nunca consideramos si nuestra memoria nos está jugando un truco. Mientras que mi historia de navidad es trivial, esta muestra que las memorias dispersas del pasado pueden convertirse en retrospectivas color de rosa de cosas que nunca sucedieron.

La mayor parte de los estadounidenses consideran que los homicidios han aumentado durante las últimas pocas décadas, mientras que la verdadera imagen es una de un declive drástico. Los británicos creen que la desigualdad de ingresos ha explotado en su país. En realidad, según muchos indicadores, la desigualdad de ingresos es más baja hoy de lo que fue en la década de 1990. Cuando se le pregunta a las personas que porcentaje la riqueza total de los hogares es propiedad del top 1 por ciento, las adivinanzas de la gente son casi tres veces demasiado altas (59 por ciento versus la figura real de 23 por ciento).

Acerca de los embarazos en la adolescencia, la percepción errónea del público es todavía peor. Los estadounidenses con frecuencia estiman que la proporción de mujeres entre 15 y 19 años de edad que tienen hijos cada año es alrededor de una de cada cuatro, implicando que cada niña adolescente tiene un niño en algún momento en sus años posteriores de la adolescencia. La verdadera cifra es más cercana a una de cada cincuenta.

Según una encuesta de YouGov del año pasado, entre 21 por ciento y 45 por ciento de quienes fueron encuestados alrededor del mundo occidental pensaron que el cambio climático “probablemente” o “muy probablemente” harán que la raza humana se extinga. Al mismo tiempo, tanto los números absolutos y la proporción de gente muriendo de catástrofes naturales como tormentas, inundaciones, sequías y fuegos salvajes ha colapsado durante el último siglo —y eso incluye todo tipo de desastres naturales (tales como los terremotos y los tsunamis) no solo aquellos que el cambio climático podría haber empeorado.

Dicho de otra manera, nuestro entendimiento del estado del mundo no está simplemente plagado por la ignorancia. Si ese fuera el caso, la gente cometería errores de manera aleatoria en ambas direcciones. En cambio, estamos activamente mal informados acerca del estado del mundo, con frecuencia subestimando el progreso que el mundo ha realizado y exagerando qué tan grandioso era el mundo cuando éramos jóvenes.

En su libro de 2020 Open, el autor sueco Johan Norberg discute las decepciones que los sentimientos de nostalgia crean. Cuando se le pide a la gente identificar los viejos y buenos tiempos, la gente suele nombrar una década en la cual llegaron a ser adultos. Norberg señala que los humanos, habiendo inventado la escritura, “no tardaron más de dos siglos antes de empezar a escribir acerca de qué tan difícil la vida es ahora y qué tanto más sencilla debió haber sido en el pasado”. Él escribió, “si usted resulta que piensa que tenemos problemas particularmente difíciles hoy, con una velocidad de vida más rápida, con gobernadores corruptos y jóvenes rebeldes, no confíe en sus sentimientos. Cada generación ha pensado lo mismo. Cada generación ha interpretado su lucha con el problema humano y la dificultad de las relaciones como una señal de que las cosas han empeorado desde un tiempo supuestamente más armonioso en el pasado”.

La cuestión del progreso, observó Steven Pinker, esto no es una cuestión de optimismo o pesimismo. En cambio, es una cuestión de “calibrar nuestra comprensión del mundo a la realidad empírica”. Casi todo lo que podemos medir —la expectativa de vida, la mortalidad infantil, las hambrunas, la pobreza, la insuficiencia nutricional— es inconcebiblemente mejor hoy de lo que fue hace 50 años atrás, o hace 100 o 200 años atrás. Seguro, hay u siempre habrá bajones en los gráficos, como el número más alto de asesinatos en Nueva York y Kansas City este año, el reverso de la erradicación de la pobreza debido a la pandemia del COVID-19, la ocasional guerra civil, o los casos de deforestación en nuestro planeta cada vez más verde. Pero la tendencia abrumadora es hacia una mejora.

El investigador danés Bjørn Lomborg señaló en su libro de 2020 False Alarm que “los hechos científicos quedan atrás porque la narrativa se siente verdadera”. Aún así el ex presidente Barack Obama ciertamente tenía razón cuando escribió en 2016 que “si tuviese que elegir cualquier momento en el curso de la historia para estar vivo, elegiría este”.

Esta es la contradicción clave de nuestro tiempo: revisando el largo arco de la historia humana, nunca hemos tenido una mejor condición. Pero no sentimos que estamos mejor. Estamos deprimidos y asustados. Estamos abrumados por las últimas noticias terribles que son transmitidas en la televisión. No obstante, las personas bien informadas deberían guiarse por los datos, no por una errónea nostalgia de un pasado que nunca fue.

Fuente: El Cato

Videos Nuevos

YouTube video
YouTube video
YouTube video

Buscador

Seguinos