El tabaquismo es uno de los mayores problemas sanitarios de la humanidad y más de 8 millones de personas mueren prematuramente como consecuencia del tabaquismo cada año. En este sentido, el abordaje adecuado consiste en una aplicación integral de reducción de daños. Esto es, un conjunto de estrategias prácticas e ideas destinadas a reducir las consecuencias negativas de ciertos hábitos y consumos de los individuos, opuesta a la poco práctica alternativa de “Abandonar o Morir”. En el caso del tabaquismo, el aspecto adictivo del hábito imposibilita muchas veces que el fumador simplemente abandone. La evidencia científica más actualizada indica que los Productos de Nicotina Sin Combustión son el método más efectivo para dejar el tabaco combustible y evitar casi todos los perjuicios sobre la salud asociados a fumar. Cuando nos referimos a productos sin combustión nos referimos a Productos de Vapeo, Productos de Tabaco Calentado, Snus y Bolsitas de Nicotina. Lamentablemente, posturas no respaldadas por la evidencia por parte de medios de comunicación y autoridades gubernamentales, aunque tengan una buena intención, provocan un desmedro de las exitosas estrategias de reducción de daños del tabaquismo.
Las pruebas de los estudios, artículos, reportes, informes y metaanálisis coinciden en que estos productos son sustancialmente (entre un 95% y un 98%) menos tóxicos y dañinos para la salud que el tabaco consumido de forma tradicional por combustión (ya sea en pipas, cigarrillos o cigarros). A su vez, indican que, aunque pueda causar dependencia, la nicotina en sí misma no genera daños significativos a la salud, a diferencia de casi todos los otros elementos que se emiten durante la combustión del tabaco. La misma resulta crucial a la hora de facilitar el traspaso a estos productos. Los sabores colaboran de una forma similar. Los productos anteriormente nombrados son formas muy efectivas de dejar de fumar, superando la efectividad de la Terapia de Reemplazo de Nicotina. A su vez, los mismos no constituyen una puerta de entrada al tabaquismo ni al consumo de nicotina, incluso entre los jóvenes, de manera relevante, mientras que al mismo tiempo permiten reducir sustancialmente la cantidad de fumadores al focalizarse en los grupos adultos de mayor riesgo.
El presente reporte constituye un índice de políticas públicas en materia de estos productos de nicotina sin combustión que abarca a 59 países del globo divididos en 4 grandes regiones. Para su conformación se analizaron y ponderaron diez categorías relevantes para evaluar las políticas gubernamentales llevadas adelante por cada país en relación a cada una de las clases de productos (Productos de Vapeo, Productos de Tabaco Calentado, Snus y Bolsitas de Nicotina).
Estas categorías fueron las de políticas de:
- Marco Regulatorio
- Prohibición
- Sabores
- Empaque
- Exhibición
- Publicidad
- Disponibilidad de la Venta al Por Menor
- Ventas Online
- Impuestos
- Fomento a la Reducción de Daños del Tabaco
Juntas, permitieron evaluar en términos generales la actitud de cada estado nacional en relación al producto.
De los 59 países analizados, 10 prohíben los Productos de Vapeo, 5 los Productos de Tabaco Calentado, 11 las Bolsitas de Nicotina y 27 el Snus. Solo en 2 países las autoridades locales promueven activamente el cambio de productos de combustión a los Productos de Vapeo, ninguno lo hacen para los Productos de Tabaco Calentado, ninguno en el caso del Snus y tampoco ninguno lo hace para las Bolsitas de Nicotina.
Si bien existen contados casos con un particularmente buen desempeño, en general la mayoría de las 59 naciones se ubican rezagados respecto del escenario deseado. En relación a cada uno de los productos, las Bolsitas de Nicotina carecen de un marco regulatorio propio en la mayoría de los países (solo en 15 países), el Snus se encuentra en una posición intermedia (38 países con marco regulatorio propio) y los Productos de Vapeo y los Productos de Tabaco Calentado se encuentran en una mejor posición (45 y 44 con marco regulatorio respectivamente).
Respecto de las políticas sobre cada categoría analizada, el principal problema se encuentra en el Fomento a la Reducción de Daños del Tabaco, seguida por Impuestos, Empaque, Ventas Online, Publicidad y Marco Regulatorio. En ese orden, le siguen las categorías de Exhibición, Disponibilidad de la Venta al Por Menor, Sabores y, por último, Prohibición. Lo anterior permite entender que, entre prohibiciones y limitaciones, la mayor parte de los países del mundo mantienen políticas particularmente restrictivas para el uso de estos productos como herramientas de reducción de daños.
Teniendo esta situación en cuenta…
El caso de Australia resulta paradigmático, con todos los productos prohibidos, ubicándolo en el último puesto de nuestro índice de países con marco regulatorio. Así mismo, sólo Inglaterra y Nueva Zelanda promueven activamente el uso de Productos de Vapeo como herramienta de abandono del tabaquismo y ninguno lo hace para cualquiera de los otros tres productos, lo que los ubica en el segundo y tercer puesto respectivamente, aunque mantienen prohibiciones sobre el Snus. En primer lugar se encuentra Suiza, que cuenta con todos los productos permitidos y regulados con un marco regulatorio específico junto a muy buenas políticas en cuanto a las categorías analizadas, pero sin promover activamente el cambio de Productos Combustibles hacia los productos de riesgo reducido.
De la investigación realizada para el presente índice se infiere que los aspectos principales a abordar desde las políticas públicas son:
- la legalización de los productos de nicotina sin combustión
- la solución inmediata a la falta de información, incluso por parte de las autoridades sanitarias, respecto de estos productos y su eficacia como mecanismos de abandono del tabaquismo
Una vez atendidos estos dos grandes desafíos, en particular el cambio de recomendaciones sanitarias, se podrá avanzar en marcos regulatorios que aborden problemas concretos.
Respecto de los Productos de Vapeo y los Productos de Tabaco Calentado se desprende la necesidad de hacer énfasis en las regulaciones sobre publicidad, herramientas impositivas y política sanitaria. Por otro lado, en el caso de las Bolsitas de Nicotina la atención debe enfocarse en la definición de marcos regulatorios específicos y en la modificación de las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Por último, el Snus posee una situación un tanto atrasada debido a que los países de la Unión Europea lo prohíben (a excepción de Suecia), lo que implica una necesidad de revisión general de las políticas normativas que rigen el producto en casi todos sus aspectos.
Si nos focalizamos en los análisis regionales, Europa necesita avanzar en la definición de un marco regulatorio específico para las Bolsitas de Nicotina, la legalización del Snus y la mejora de las regulaciones de herramientas impositivas y recomendaciones sanitarias en todos los productos. América debe trabajar sobre viabilizar la utilización de los productos de nicotina sin combustión como herramienta contra el tabaquismo y actualizar las posturas de las autoridades sanitarias. Asia-Oceanía tiene que trabajar sobre mejoras en materia de recomendaciones de las autoridades sanitarias y herramientas impositivas, así como reevaluar algunas normativas publicitarias para todos los productos y focalizarse en la definición de un marco regulatorio específico para las Bolsitas de Nicotina. En último lugar, Asia-África debería trabajar sobre mejoras en materia de recomendaciones de las autoridades sanitarias y normativa publicitaria, así como reevaluar algunas herramientas impositivas generales y focalizarse en la definición de un marco regulatorio específico para las Bolsitas de Nicotina y una mayor legalización del Snus.
En conclusión, es necesaria una legislación inteligente y abierta a la innovación que incorpore los costos y beneficios de las políticas basadas en evidencia desde una mirada práctica, balanceando los riesgos que pueden tener las medidas, entendiendo que muchas veces las intervenciones tienen consecuencias no deseadas, que las altas barreras burocráticas y tributarias anulan transformaciones futuras positivas y que las prohibiciones más extremas tienden a generar mercados negros con graves consecuencias. Así, los estados deben, no solo permitir el uso de Productos de Nicotina Sin Combustión con sabores y sin límites excesivos a la nicotina, sino además asegurar la información sustentada en evidencia respecto de su baja toxicidad y gran efectividad como mecanismo de cesación tabáquica. Tanto en los profesionales de la salud como en la población en general, implementando políticas públicas para su fomento como forma de abandono del tabaquismo centrado en la población mayor a 30 años y asegurando la prohibición de todo tipo de uso de estos productos, con y sin nicotina, en menores de edad.
