¿Suerte o Perspicacia? La Apuesta Simon-Ehrlich Re-Considerada

man and woman holding hands

Marian L. Tupy y Gale Pooley dicen que aunque la célebre apuesta entre Julian Simon y Paul Ehrlich provee suficiente material de discusión, la tendencia de largo plazo es incuestionable: los recursos se están volviendo más abundantes en relación al tiempo en horas de trabajo que se requiere para “comprarlos”.

Introducción

Durante la década de 1970 el economista de la Universidad de Maryland Julian Simon y el biólogo de la Universidad de Stanford Paul Ehrlich le dieron al público dos visiones muy distintas acerca del futuro en las páginas de Science y otras publicaciones. La distopía presentada en Population Bomb (Ehrlich, 1968) y la plenitud de Ultimate Resource (Simon, 1981) indican el sabor de este debate. Tanto Simon y Ehrlich acordaron que había una relación entre la abundancia de recursos y el crecimiento de la población, pero no estaban de acuerdo acerca de la naturaleza de esa relación. Un Ehrlich neo-maltusiano argumentó que, conforme la población aumentaba, los recursos se volverían cada vez más escasos y los precios aumentarían dramáticamente. Simon argumentó lo contrario. Él sostuvo que conforme la población aumentaba, los precios de los recursos de hecho caerían. Simon admitió que las alzas temporales de precios sucederían, pero predijo que habría una mayor abundancia de recursos a largo plazo. Él argumentó que las personas responderían a las alzas de precios de cuatro maneras: consumirían menos, buscarían nuevos insumos, inventarían o descubrirían sustitutos, y reciclarían. Estas cuatro acciones resultarían en precios a largo plazo que eran incluso inferiores que aquellos previos al alza.

La apuesta

Frustrado con el progreso limitado que estaba realizando con su argumento, Simon retó a Ehrlich a una apuesta. Ehrlich elegiría una canasta de $1.000 de materiales crudos que esperaba que se volviesen menos abundantes durante los próximos años y elegiría un periodo de tiempo de más de un año, durante el cual esos materiales crudos se volverían más caros. Al final de ese periodo, el precio ajustado a la inflación de esos materiales sería calculado. Si el precio real de la canasta era más alto al final del periodo que al principio, eso indicaría que los materiales se habían vuelto más valiosos y Ehrlich entonces ganaría la apuesta; si el precio era más bajo, Simon ganaría. Lo que estaría en juego sería la diferencia final entre el precio de la canasta al principio y al final del periodo de tiempo.

Ehrlich eligió cobre, cromo, níquel, estaño, tungsteno, y la apuesta de $1.000 fue sellada en un contrato el 6 de octubre de 1980. Diez años después Simon recibió un cheque de Ehrlich por la cantidad de $576,07, con la fecha del 11 de octubre de 1990. Ajustado para la inflación, el precio real de la canasta de metales había caído en un 36 por ciento.

Deberíamos señalar que Simon originalmente propuso una apuesta de $10.000. Luego de que Ehrlich y sus dos socios (el científico John Holdren de la Universidad de Harvard y el ecologista John Harte de la Universidad de California en Berkeley) estuvieron de acuerdo con la idea, Simon redujo la cantidad a $1.000. Él argumentó que el propósito de la apuesta era el principio, no la cantidad. Ehrlich y sus socios se quejaron acerca del tamaño reducido de la apuesta. Sin embargo, sin esta reducción, el trío de Ehrlich hubiese perdido $5.760,70 en lugar de $576,07. Simon redujo sus pérdidas en un 90 por ciento, ahorrándoles $5.184,63.

¿Acaso Simon simplemente tuvo suerte?

Un número de investigadores han argumentado que Simon tuvo suerte. Varios han analizado los precios de la misma canasta de metales a lo largo de intervalos de diez años, incluyendo Kiel, Matheson y Golembiewski (2009), McClintick y Emmett (2005) y Perry (2008).

Kiel y sus co-autores realizaron el estudio más comprehensivo, observando los cambios en los precios de cinco metales en intervalos de diez años entre 1900 y 2007. Ellos utilizaron datos de precios nominales recolectados y reportados por la Encuesta Geológica de EE.UU., y luego ajustaron esos precios para la inflación utilizando el Índice de Precios al Consumidor (ICP). Como el ICP solo data desde 1913, Kiel y sus co-autores convirtieron los precios de los primeros 13 años utilizando las estimaciones provistas por McCusker (2001).

Utilizando 98 periodos de diez años, basados en los años sucesivos entre 1910 y 2007, encontraron que Ehrlich hubiese ganado la apuesta 61,2 por ciento del tiempo con un retorno promedio de 10,5 por ciento. También utilizaron intervalos de 25 años y encontraron que Ehrlich hubiese ganado la apuesta 59 por ciento del tiempo con un retorno de 13,8 por ciento. La tasa de retorno fue calculada como una diferencia porcentual entre los precios ajustados para la inflación de los intervalos.

Nuestro análisis cubre el periodo entre 1900 y 2019, o 110 intervalos de diez años. Nos basamos en la Encuesta Geológica de EE.UU. para nuestra data también. Hicimos dos modificaciones a la metodología de Kiel y sus co-autores, específicamente, utilizamos los precios en términos de horas de trabajo y la cláusula de guerra.

Primero, los precios deberían ser comparados con el ingreso para poder comprender totalmente los cambios en la abundancia. Por lo tanto, utilizamos los precios en horas de trabajo en nuestro análisis. Los precios en términos de horas de trabajo son iguales a los precios nominales divididos por la compensación nominal por hora de trabajo. Los precios monetarios están expresados en dólares y centavos. Los precios en horas de trabajo están expresados en horas y minutos. Para los denominadores en nuestros ratios nos basamos en la compensación por hora por producción o trabajos de obrero según los reporta el economista de la Universidad de Miami Samuel H. Wiliiamson y el economista de la Universidad de Illinois en Chicago Lawrence H. Office, quien lidera el muy conocido sitio Web de historia económica measuringworth.com. Su serie de datos se basa en las Estadísticas del Buró de Trabajo de EE.UU. y otras fuentes.

Cuando se lo analiza con precios en términos de horas trabajadas, Simon gana la apuesta 54,2 por ciento del tiempo. El retorno promedio sobre este rango de 110 años también favorece a Simon (2,22 por ciento).

La “cláusula de guerra”

La apuesta original de Simon-Ehrlich contenía una cláusula de guerra según la cual el acuerdo sería nulo e inválido si EE.UU. estuviese en guerra el 24 de septiembre de 1990. La última vez que EE.UU. declaró una guerra fue el 8 de diciembre de 1941. Sin embargo, la acción militar en Corea y Vietnam, y más recientemente la Guerra contra el Terrorismo, deberían ser interpretadas como “guerras” (ver Doe vs. Bush, 2003). Entre 1910 y 2019, EE.UU. estuvo en guerra durante 37 años, o 33,6 por ciento del tiempo. Si removemos los años de la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam, y la Guerra contra el Terrorismo, acabamos con 73 apuestas de 10 años que analizar. Simon ganaría esas apuestas 69,9 por ciento del tiempo con un retorno de 18,00 por ciento.

El índice y la población en general

Todavía más importante para el cambio en el precio en términos de horas de la canasta de cinco metales entre 1900 y 2019 está la relación entre los precios de las materias primas y el crecimiento de la población. La población mundial era de 1.600 millones en 1900. Para 2019, esta había llegado a 6.000 millones, un aumento de 375 por ciento. Durante el mismo periodo, la población aumentó en EE.UU. de 76,2 millones a 329 millones (un aumento de 330 por ciento).

Mientras que los precios nominales de la canasta de cinco metales aumentó en un 2.909 por ciento a lo largo de este periodo de 119 años, el ingreso por hora de los trabajos de obrero aumentó en un 23.485 por ciento. Consecuentemente, el índice del precio en horas trabajadas de la canasta de cinco metales cayó en un 87,2 por ciento —desde 100 en 1900 hasta llegar a 12,7 en 2019. El índice estaba por encima de 100 en tan solo cinco de los 119 años analizados, y en dos de esos años, EE.UU. estuvo involucrado en la Primera Guerra Mundial.

Los verdaderos ganadores del aumento en la abundancia de recursos son las personas ordinarias. Para los trabajadores obreros, el tiempo requerido para ganar suficiente dinero para comprar una canasta de los cinco metales en 1900 compra 7,84 canastas hoy. La abundancia en general de los cinco metales aumentó en un 684 por ciento, indicando un crecimiento anual compuesto de 1,75 por ciento entre 1900 y 2019. Los trabajadores poco calificados gozaron de un incremento significativo en su abundancia también. El tiempo requerido para ganar suficiente dinero para comprar una canasta de los cinco metales en 1900 compra hoy 4,86 canastas. Esto indica un incremento de 386 por ciento en la abundancia y una tasa de crecimiento anual compuesta de 1,34 por ciento.

Conclusión

La apuesta Simon-Ehrlich provee a los académicos con suficiente material acerca del cual discutir, pero la tendencia a largo plazo es incuestionable —los recursos se están volviendo más, no menos, abundantes en relación al tiempo en horas trabajadas que se requiere para “comprarlos”. El periodo desde 1900 ha estado marcado por guerras mundiales, hambrunas y depresiones. Aún así la población creció a una tasa promedio de 1,33 por ciento al año y las materias primas de cinco metales se volvieron más abundantes, a una tasa promedio de 1,75 por ciento al año. Sumándole al aumento en la población el aumento en la abundancia indica una tasa combinada de alrededor de 3,08 por ciento, indicando una duplicación de la abundancia cada 23 años. Estas cifras son un sano recordatorio para aquellos que, como Paul Ehrlich, ven las limitaciones de los recursos como un límite al progreso económico.

Referencias:

Ehrlich, P. (1968). The Population Bomb. Cutchogue, NY: Buccaneer Books.

Kiel, K., Matheson, V., y Golembiewski, K. (2009). “Luck or Skill? An Examination of the Ehrlich–Simon Bet”. Faculty Research Series, Paper No. 09-08. Worcester, MA: Departmento de Economía, College of the Holy Cross.

McClintick, D. y Emmett, R. (2005). “Betting on the wealth of nature: The Simon–Ehrlich wager”. PERC Reports, 23(3), 16–17.

McCusker, J. J. (2001). How Much Is That In Real Money? A Historical Price Index for Use as a Deflator of Money Values in the Economy of the United States (2nd ed.). Worcester, MA: American Antiquarian Society.

Perry, M. (2008). “Would Julian Simon have won a second bet?” Carpe Diem, 13 February. http://mjperry.blogspot.com/2008/02/would-julian-simon-have-won-second-bet.html (accesado el 16 de  noviembre de 2019).

Simon, J. (1981). The Ultimate Resource. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Caso citado: Doe v. Bush, 323 F.3d 133. (1st Cir. 2003).

Fuente: El Cato

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