Clubhouse y su Palo de Hockey

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El crecimiento de Clubhouse supera ya a 1 de febrero los seis millones de usuarios registrados (usuarios activos o que han descargado la app para reservar su nombre), y se convierte en protagonista de todo un fenómeno cultural que lleva el audio social a un momento de popularidad hasta el que muchos años de aplicaciones y plataformas de podcasting nunca lograron elevarlo.

La idea de una aplicación social de audio en vivo es, como comenta Jeremiah Owyang en su análisis, aquello que usas cuando el vídeo te parece demasiado y el texto demasiado poco. Pero el crecimiento desenfrenado de Clubhouse, a pesar de ser aún exclusiva para iPhone, con acceso mediante invitación y sin siquiera una página web decente, va mucho más allá, y la lleva a situarse prácticamente como un medio, y decididamente, como ganadora absoluta de una categoría en la que había no menos de veinticinco competidores – desde incipientes como Twitter Spaces o Sonar, hasta otros como ChalkDiscordLocker Room y muchos más – pero en la que ninguna había logrado destacar en absoluto ni protagonizar ninguna adopción digna de ser reseñada.

El modelo de crecimiento de Clubhouse, un modelo de invitación verdaderamente bien ejecutado, nos recuerda lanzamientos que hacía mucho tiempo que no veíamos: la aplicación apareció en la red en marzo de 2020, pero no fue hasta abril cuando debutó en la app de beta testing de Apple, Testflight. Aún dentro del espacio controlado que supone esa aplicación, llegó a los diez mil usuarios antes de ser lanzada en la App Store a primeros de octubre. A finales de noviembre, Clubhouse dio veinte invitaciones a cada uno de los participantes en la beta en Testflight, lo que disparó el crecimiento y puso en marcha la parte prácticamente vertical del gráfico en forma de palo de hockey: tras eso, un evento con los actores de Lion King que montaron una retransmisión en vivo sobre Clubhouse, y un crecimiento continuo hacia arriba de una aplicación cada vez más conocida cuyo siguiente evento notorio fue la llegada de Elon Musk, que le ha dado todavía más tracción. Ahora, una parte muy significativa del crecimiento se debe a la llegada de usuarios chinos, que todavía tienen posibilidad de utilizar una aplicación elitista que aún volaba por debajo del radar de las autoridades, y que se encuentran con la posibilidad de hablar libremente en ella.

La sucesión de eventos anunciados en Clubhouse es ahora constante, una actividad a la que se añaden todo tipo de charlas casuales con mayor o menor audiencia. También hay posibilidades, muchas posibilidades para quienes se atrevan a explorarlas. Obviamente, no todo es maravilloso: hay escépticos, hay quienes se quejan de la escasa moderación, hay muchas conversaciones aburridas, y muchas otras que simplemente no valen la pena. Por el momento, las recomendaciones que parecen interesantes en función de la experiencia parecen ser cuestiones como el fijar una duración para la actividad de la sala, que evite la sensación de «vamos a estar aquí todo el día», y la ejecución de la moderación, que debe tratar de no acumular demasiados usuarios con posibilidad de hablar en la parte superior de la pantalla (devolviendo a la parte inferior como audiencia a aquellos que ya han tenido oportunidad de intervenir) o cortando a aquellos que pretenden convertir una participación en una disertación interminable.

Hay que tener en cuenta que a la fortísima popularidad actual de Clubhouse hay que descontarla con lo que parece que será el modelo de negocio de la compañía, vinculado a un esquema de suscripción cuyos ingresos se dedicarán en parte a incentivar a los creadores de contenidos que sean capaces de mantener la tracción, siguiendo un modelo similar al de la Medium de Ev Williams. Si efectivamente ese termina siendo el modelo de negocio, la compañía debería alcanzar un crecimiento muy elevado para poder mantener suficiente tracción cuando los usuarios que no estén dispuestos a pagar una suscripción decidan abandonar su uso. Pero en cualquier caso, no cabe duda que estamos ante uno de los pocos fenómenos de adopción verdaderamente brillantes que hemos vivido en un escenario tecnológico en el que hacía tiempo que no cabían sorpresas, o que cuando las había, se limitaban a verse seguidas de una adquisición o de una copia por parte de las big tech.

La evolución de Clubhouse promete ser interesante. Y como mínimo, ya tenemos algo que podría asemejarse a una killer application para la voz bidireccional y en vivo, que abre un campo nuevo dentro del ámbito de la comunicación – como la radio en vivo, pero sin barreras de entrada – y dentro de lo social.

Seguiremos informando.

 

Fuente: Enrique Dans 

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