Debería ser obvio, incluso para el más ferviente partidario de la permanencia, que la salida de la UE ha sido una bendición para la adquisición de vacunas en Gran Bretaña. Con casi un 15% de británicos vacunados, estamos muy por delante de la media de la UE, que es de sólo un 3%. Esto tendrá claramente un efecto positivo en la supresión de la propagación de esta horrible enfermedad y nos dejará con un exceso de muertes mucho menor que el que habríamos tenido si estuviéramos en el plan de adquisición de la UE.
Sin embargo, este no es el único ámbito en el que el Reino Unido puede salvar vidas ahora que está fuera de la UE. En los últimos 10 años, el vapeo ha ayudado a millones de personas en Europa a dejar de fumar y, con ello, han mejorado su salud, ya que sabemos que el vapeo es enormemente más seguro que fumar. Sin embargo, lamentablemente, los reguladores de la UE están a punto de tropezar en otro campo que no deberían. La Comisión ha publicado recientemente su Plan de Lucha contra el Cáncer, que irónicamente contiene muchas sugerencias políticas que harán todo lo contrario.
En primer lugar, los legisladores han propuesto prohibir los sabores en los líquidos para vapear. No es de extrañar que los vapeadores con sabor sean un elemento muy útil para alejar a los fumadores de los cigarrillos, pero el único sabor que la Comisión Europea quiere permitir es el del tabaco, que es precisamente lo que los vapeadores han tratado de evitar. Puede que a los funcionarios de la UE les sorprenda, pero los e-líquidos no tienen un sabor natural a tabaco, de hecho empiezan con un sabor totalmente neutro, así que para cumplir con la normativa los fabricantes tendrán que añadir sabor a tabaco.
La UE también quiere prohibir tanto fumar como vapear al aire libre en lugares públicos como la calle. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿qué será lo siguiente? ¿Prohibir el consumo de alimentos en espacios públicos? Esta política no sólo es antiliberal y un «estado niñera» al décimo grado, sino que también tratará a los fumadores y a los vapeadores como si fueran uno y lo mismo, a pesar de la clara diferencia entre ambos. Los vapers en el Reino Unido deben estar atentos a que los gobiernos pisoteen los derechos de los fumadores, porque está bastante claro que los fanáticos de la salud pública no se detendrán ahí. Los fumadores fueron los primeros, los vapers serán los siguientes.
Por último, la UE quiere gravar el vapeo, algo que hasta el más humilde estudiante de economía de la universidad sabrá que tendrá un efecto perjudicial en su adopción, desincentivando a la gente a dejar de fumar. En el Reino Unido, la disparidad de costes entre el tabaquismo y el vapeo ha proporcionado otro incentivo para que la gente deje de fumar debido a los miles de libras que pueden ahorrarse al hacerlo; no es exagerado decir que empezar a vapear en lugar de fumar mejorará de golpe la salud y las finanzas de los británicos menos favorecidos. Mientras tanto, la UE quiere eliminar esta diferencia de precios, lo que en última instancia hará que más fumadores no se decidan por la opción más saludable.
Dado que ayer fue el Día Mundial contra el Cáncer, creo que es justo destacar las políticas increíblemente perjudiciales que propone la UE, políticas que sólo conducirán a más cáncer y más sufrimiento. El viejo adagio de Reagan sobre las palabras más peligrosas de la lengua inglesa – «Soy del Gobierno, estoy aquí para ayudar»- resuena en mis oídos. Por suerte para Gran Bretaña, ya hemos recorrido una milla.
Fuente: CapX
