Esta es la transcripción de un discurso pronunciado por Andrew Boff. Tuvo lugar en la edición británica del Free Market Road Show 2019 organizada por 1828 y el Austrian Economics Center.
Soy Andrew Boff, miembro de la Asamblea de Londres. Soy un político fracasado, y me siento bastante intimidado por este panel aquí porque todos han trabajado muy duro, han ido a la universidad y han escrito libros para estar aquí.
La única razón por la que estoy aquí es porque he comido mucho queso, mucho vino y he fingido que me gusta mucha gente; así es como me convertí en político.
Hay un peligro con respecto a la automatización, la innovación y el gobierno. El primer peligro es cuando el gobierno trata de suprimir la innovación. El segundo peligro es cuando el gobierno trata de fomentar la innovación.
En primer lugar, cuando trata de suprimir la innovación tenemos decisiones ridículas como la decisión de Sadiq Khan de cobrar a 40.000 conductores de Uber en la zona de tasa de congestión y en la recién creada «zona de emisiones ultrabajas» sobre la base de mejorar la calidad del aire.
Pero no cobra a los conductores de taxis de color negro. Lo siento, pero ¿no se da cuenta, Sr. Khan, de que un taxi negro con motor diesel destruye el medio ambiente mucho más que un Prius?
Entonces el gobierno decide que la innovación es bastante buena, bastante interesante. Y llegamos a situaciones en las que, por ejemplo, gastamos 30 millones de libras en London and Partners, que es una organización para promover la inversión en nuevas tecnologías en Londres. Porque sin esos 30 millones de libras para promover Londres, ¿quién sabría dónde está Londres? Qué maravilloso gasto del dinero de los contribuyentes.
Récord de crímenes con cuchillo en las calles, pero al menos la gente sabe dónde estamos.
Y no son sólo los socialistas. La razón por la que empecé diciendo que era un político fracasado es que no conseguí convencer a Boris Johnson de que el plan de la «bicicleta de Boris» podría haberse hecho fácilmente con el mercado libre. Nos dijo a todos que no costaría dinero, que se pagaría solo.
200 millones de libras después, seguimos pagando 11 millones de libras al año por el plan, a pesar de todas las demás opciones de libre mercado que se ofrecen y que no tenemos que pagar. Deciden que les gusta la tecnología y la innovación, pero no pueden dejar de gastar dinero público en ello.
Y una de las mayores obscenidades para ilustrar esto es lo que estamos viendo actualmente en el sitio olímpico, otro proyecto que no apoyé. 9.000 millones de libras del dinero de los contribuyentes gastados, pero me dicen: «Andrew, han sido unas Olimpiadas realmente buenas para nosotros, lo hemos hecho terriblemente bien y nos lo hemos pasado muy bien».
Dame 9.000 millones de libras y te haré pasar un buen rato.
También tenemos ahora «Tech City». Tech City era originalmente un grupo de empresas en Shoreditch que, debido a un consejo local de porquería, se dieron cuenta de que no necesitaban permiso de planificación para todas sus expansiones. El ayuntamiento de Hackney era tan maravillosamente incompetente que la innovación floreció y la vimos pasar ante nuestros ojos.
La Ciudad Tecnológica es supuestamente el lugar donde van a tener lugar todas las nuevas innovaciones. Para quien no sepa lo que es, es como Silicon Valley, pero con mucho dinero de los contribuyentes, y es un poco desastre. La razón por la que es un poco desastre es que estamos pagando por ello. La innovación se produce cuando el gobierno quita las manos de encima.
Boris tampoco aceptó la otra propuesta que le hice, y que he propuesto cada año desde entonces, cuando en la Asamblea de Londres tenemos que autorizar el «documento de estrategia económica de la Autoridad del Gran Londres».
Todos los años, sugiero que tengamos una sola página, y que en esa página se escriba: «Esta página se ha dejado intencionadamente en blanco».
Traducido por el Equipo de Somos Innovación
Fuente: 1828
