La Revista “The Economist” Pronostica una Nueva Era de Innovación

La prestigiosa revista “The Economist”, publicada en Londres y distribuida alrededor del mundo, publicó en su último número una extensa editorial respecto del futuro de la innovación. 

Bajo el título “¿Los rugientes años 20s? El pesimismo sobre el cambio tecnológico está dando paso a la esperanza, que en gran medida se justifica”, la revista afirma que estamos presenciando un amanecer de optimismo tecnológico. ¿Por qué? Porque “la velocidad con la que se han producido las vacunas Covid-19 ha hecho que los científicos sean muy reconocidos. Los avances más importantes, el auge de las inversiones en tecnología y la adopción de tecnologías digitales durante la pandemia se combinan para aumentar las esperanzas de una nueva era de progreso: los optimistas predicen vertiginosamente unos ‘bulliciosos años veinte’… Existe una posibilidad realista de una nueva era de innovación que podría elevar el nivel de vida, especialmente si los gobiernos ayudan a que las nuevas tecnologías florezcan”.

La publicación británica fundamenta esta optimista predicción en tres razones: 

  1. “Primero es el aluvión de descubrimientos recientes con potencial transformador. El éxito de la técnica del «ARN mensajero» detrás de las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna, y de los tratamientos de anticuerpos be- hablados, muestra cómo la ciencia continúa empoderando a la medicina. Los humanos son cada vez más capaces de adaptar la biología a su voluntad, ya sea para tratar enfermedades, editar genes o cultivar carne en un laboratorio”.
  2. “La segunda razón para el optimismo es el auge de la inversión en tecnología. En el segundo y tercer trimestres de 2020, el sector privado no residencial de los Estados Unidos gastó más en computadoras, programas informáticos e investigación y desarrollo (I+D) que en bienes raíces y equipos industriales por primera vez en más de un decenio”.
  3. “La tercera fuente de júbilo es la rápida adopción de nuevas tecnologías. No es sólo que los trabajadores se hayan dedicado a la videoconferencia y los consumidores al comercio electrónico… La pandemia también ha acelerado la adopción de los pagos digitales, la telemedicina y la automatización industrial”. 

“The Economist” finaliza su editorial con una interesante reflexión acerca del rol que los gobiernos deberán tener a la hora de generar los incentivos correctos para el auge de la innovación: 

“El estado también tiene una gran influencia sobre la rapidez con que las innovaciones se difunden en la economía. Los gobiernos deben asegurarse de que las regulaciones y los grupos de lobby no frenen la disrupción, en parte proporcionando una red de seguridad adecuada para aquellos cuyos medios de vida se ven afectados por ella. La innovación se concentra en un número demasiado reducido de empresas. Para garantizar que toda la economía aproveche las nuevas tecnologías será necesario que se apliquen rigurosamente las normas antimonopolio y que los regímenes de propiedad intelectual sean menos estrictos. Si los gobiernos están a la altura del desafío, entonces el crecimiento más rápido y los niveles de vida más altos estarán a su alcance, permitiéndoles desafiar a los pesimistas. El decenio de 2020 comenzó con un grito de dolor, pero, con las políticas adecuadas, la década puede aún rugir”. 

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