Por Brad Polumbo.
Cuando el gobierno intenta microgestionar los hábitos cotidianos de millones de personas, no siempre sale bien, por decirlo suavemente. El ejemplo más reciente de la intromisión del Estado niñera es el aumento de los impuestos sobre los productos de vapeo, que, según una nueva investigación, puede haber tenido consecuencias mortales no deseadas.
Un estudio realizado por Abigail Friedman, profesora de Yale, y Michael Pesko, profesor de la Universidad Estatal de Georgia, examinó el impacto de los aumentos de los impuestos sobre los cigarrillos electrónicos/productos de vapeo en el uso de los cigarrillos electrónicos y el tabaquismo tradicional, investigando específicamente el impacto en los consumidores jóvenes (de 18 a 25 años).
Como era de esperar, se constata que a medida que aumentan los impuestos sobre los productos de vapeo, el vapeo disminuye. Sin embargo, también muestra que el aumento de los impuestos sobre los productos de vapeo conduce a un aumento del consumo de cigarrillos tradicionales entre los jóvenes…
“Un aumento de un dólar en los impuestos [sobre el vapeo] produjo reducciones significativas en el vapeo diario de los adultos jóvenes, junto con aumentos en el consumo reciente de cigarrillos”, afirman los autores.
Los investigadores concluyen, en definitiva, que “el aumento de los impuestos sobre los sistemas electrónicos de suministro de nicotina (ENDS, por sus siglas en inglés) se asocia a una disminución del uso de ENDS pero a un aumento del consumo de cigarrillos entre los jóvenes de 18 a 25 años”.
Esto es lo que se conoce como “efecto de sustitución”, definido por Investopedia como “la disminución de las ventas de un producto que puede atribuirse a que los consumidores cambian a alternativas más baratas cuando su precio aumenta”.
¿Por qué es importante?
Bueno, aunque el vapeo no sea inocuo para la salud, es mucho, mucho menos mortal que fumar cigarrillos tradicionales. No es la nicotina de los cigarrillos lo que provoca el cáncer, sino el alquitrán y otros carcinógenos, que no están en los cigarrillos electrónicos ni en los productos de vapeo. Por tanto, aunque el vapeo puede tener algunos efectos negativos sobre la salud y no es necesariamente recomendable, los expertos en salud pública estiman que es un 95% más seguro que el tabaquismo tradicional.
La conclusión es evidente. Los nuevos impuestos sobre los productos de vapeo pretenden mejorar la salud pública y disuadir a los jóvenes de utilizar productos nocivos. Pero, al empujar a los jóvenes hacia alternativas mucho más peligrosas, los impuestos son claramente contraproducentes y, en última instancia, más personas padecerán cáncer de pulmón y acabarán muriendo como consecuencia de ello.
Me gustaría poder decir que esto es sorprendente. Pero en realidad es inevitable que los intentos de planificar y microgestionar la sociedad de forma centralizada tengan consecuencias imprevistas.
Como explican el economista Antony Davies y el politólogo James Harrigan, “toda acción humana tiene consecuencias intentadas y no intentadas. Los seres humanos reaccionan a todas las normas, regulaciones y órdenes que imponen los gobiernos, y sus reacciones dan lugar a resultados que pueden ser muy diferentes de los que pretendían los legisladores”.
Esto es lo que Harrigan y Davies llaman el «Efecto Cobra».
La frase proviene de una historia cómica pero reveladora de cómo una ciudad india puso una recompensa a la caza de cobras para tratar de resolver su problema de infestación, pero consiguió el resultado contrario. ¿Por qué?
Al principio, más gente cazaba cobras para conseguir la recompensa, y la población de cobras disminuyó. Sin embargo, los individuos empezaron a criar cobras en casa para obtener la recompensa de nuevo. Cuando el gobierno finalmente canceló la recompensa, los ciudadanos liberaron en la naturaleza las cobras que habían estado criando en sus casas.
El resultado final fue una infestación de cobras peor que la que tenía la ciudad al principio.
Tanto si se trata del vapeo como de la gestión de plagas, los intentos de planificación centralizada de los gobiernos suelen tener consecuencias imprevistas que superan con creces los beneficios que obtienen. ¿Cuántas veces tienen que fracasar sus esfuerzos para que los burócratas y los políticos aprendan los límites de sus capacidades?
Traducido por el Equipo de Somos Innovación
