Japón y la Innovación: Una Mirada Social e Histórica
Autor: Anderson N. Riverol
Coordinación, diseño y edición: José Alberto León
Publicado por: Somos Innovación & Ciudadano Austral
Cuando pensamos en el Estado del Japón sin duda nos imaginamos uno a la vanguardia de la innovación, una sociedad moderna y la implementación sistemática de tecnologías del más alto nivel. Todo esto ha sido conseguido con arduo trabajo y un especial enfoque en el desarrollo de un país que entendió que la riqueza no está en el suelo, sino en el talento de cada uno de los individuos que componen la sociedad y que, a su vez, son los capaces de generarla.
Los resultados de Japón y sus indicadores demuestran que es un gran ejemplo de cómo se deben hacer las cosas bien, aunque por delante haya grandes retos que afrontar. Sin embargo, para describir un poco este interesante país podemos decir que es la segunda economía más importante de Asia poseyendo 24 ganadores de los Premios Nobel, lo que lo convierte en la nación más laureada en el mundo con estos reconocimientos. Actualmente, figura en el puesto número 23 en el ranking de libertad económica del índice desarrollado por la Fundación Heritage y en lo que respecta al índice internacional de los derechos de propiedad desarrollado por la Property Rights Alliance Japón se encuentra en el puesto número 12.
Entre las cosas que ha logrado tal nivel de desarrollo se encuentra la colaboración entre el Estado, el importante sector privado y las universidades lo que lo han llevado a ser el tercer país con mayor número de patentes en el mundo y, además, con una inversión por parte del sector privado para investigación y desarrollo que representa cerca del 80% del total como lo destaca el Instituto Español de Estudios Estratégicos.
De igual forma, desde la perspectiva del propio país, como lo afirma Máximo Taylhardat que entrevistamos el cual pertenece al área de cultura de la Embajada de Japón en Caracas, uno de los elementos que puede resultar más llamativo es que todo este desarrollo tecnológico se ha hecho siempre con un gran sentido de pertenencia por la propia cultura, respetada por prácticamente todos los miembros de su sociedad, lo que contribuye a considerar la importancia de las tradiciones en un país sin que esto sea impedimento en su desarrollo, o como lo ha expresado el Embajador Kenji Okada: «La reconstrucción y desarrollo del Japón no se logró de la noche a la mañana, sino que se debió al continuo esfuerzo del pueblo japonés, incluyendo a nuestros ancestros».
Japón es un país pobre que, enfocándose en la educación de su gente nos demuestra que se puede ser el mejor y avanzar hasta más allá de nuestra imaginación con determinación, educación, investigación, enfoque en la libertad económica y protección a la propiedad privada sin descuidar el respeto por la cultura y las tradiciones propias.
