Se dice que el duque de Wellington se opuso al crecimiento del ferrocarril en la Gran Bretaña del siglo XIX porque «sólo animaría a la gente corriente a desplazarse inútilmente». A pesar de ese desdén elitista por la movilidad personal –un desdén que persiste hoy en día–, el ferrocarril y más tarde el automóvil se impusieron y ampliaron enormemente […]