Actualmente la Argentina cuenta con una jornada máxima de 48 horas semanales distribuidas de diferentes formas, aunque ninguna puede superar las 9 horas diarias. Sin embargo, se han propuesto reformas a esta ley para lograr una reducción de la jornada laboral que va de una baja de 8 hasta 16 horas, según la propuesta.
La pandemia fue parte del contexto que ayudó a abrir esta discusión. Así, cada vez más empresas ensayan cambios para sus empleados. En línea con ello la multinacional japonesa Ricoh está realizando pruebas piloto en Latinoamérica (entre julio de 2022 y marzo de 2023). Con una duración de dos meses por tanda, tienen el objetivo de testear la efectividad en la mejora de la productividad de sus empleados. Los seleccionados reciben un día extra de descanso que podrá ser distribuido, según la persona, entre lunes y viernes.
Este no es un tema totalmente nuevo y ya existen antecedentes que permiten tener una idea de cuáles podrían ser los efectos de esta modalidad.
Por ejemplo, en 2015 la jornada laboral de cuatro días se puso en práctica por primera vez en el sector público de Islandia con resultados satisfactorios, como la mejora en el estrés y el agotamiento de los empleados y la mejor prestación de servicios.
Otros casos en los que ha sido probada esta modificación de la jornada laboral son Bélgica, Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania y Suecia, que aunque este último impulsó el proyecto en geriátricos y posteriormente lo abandonó porque representó mayores gastos se sigue manteniendo en diversas empresas a lo largo de la región.
Por otro lado, el gigante del software Microsoft logró en Japón mejorar la productividad en un 40 por ciento, reducir el ausentismo y hasta una reducción de gastos de oficina en general aplicando la semana laboral de cuatro días
La principal duda sobre cómo llevar a cabo la reducción de la jornada tiene que ver con que no se vería afectado el salario previamente estipulado. Algunos proponen que las horas laborales deben reducirse. Otros sugieren que se distribuya la carga horaria 4 días de la semana. Esta última variante genera opiniones negativas porque significaría una jornada laboral más larga para los trabajadores. Hecho que podría desembocar en empleados más incómodos y menos motivados con las tareas de la empresa, afectando la productividad.
Dicho todo esto, ¿es realmente conveniente una reducción de la jornada para la productividad de las empresas? Existen organizaciones que apoyan la reducción de jornada laboral como la ONG 4 Day Week Global (4DWG) que ha demostrado que las empresas que utilizan este método tienen trabajadores más felices y motivados, a través de pruebas pilotos en diferentes empresas que decidieron adoptar esta metodología, tales como, MRL Consulting or Welcome to the Jungle. Además, según 4DWG las empresas también se vieron beneficiadas en la atracción y retención de talentos.
Además, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las largas jornadas laborales pueden llegar a tener efectos en la productividad generando una potencial pérdida de hasta 3% del PBI.
Si bien restan muchos factores a evaluar y resultados a esperar de la puesta en práctica de los proyectos pilotos, quizás podría pensarse comenzar a implementarlos en distintas empresas o sectores de la Argentina y medir qué efectos producen.
* Andrea Margarita Viscarra Valdés es actualmente Pasante en la Fundación Internacional Bases.
Fuente: Somos Innovación
