La transformación digital ha presentando una tendencia creciente en los últimos años, esto a consecuencia de la pandemia del COVID-19. Este hecho podría ser considerado un aspecto positivo que ha dejado este fenómeno que afectó a toda la población mundial. Chile no estuvo exento de esta situación, debido a que muchas de las empresas, pequeñas, medianas y grandes buscando su supervivencia, tuvieron que evolucionar para adaptarse. Pasando de las ventas físicas al plano virtual, donde la interacción social fuera menor (limitando el riesgo de contagio). Sin embargo, en muchas ocasiones se observó que esta transición no fue tan fluida, debido principalmente a la falta de una infraestructura tecnológica adecuada, una alta educación digital, un mayor nivel de gobierno digital y una casi inexistente ciberseguridad, que soporte esta ingente migración de nuevos usuarios al plano virtual, brindándoles un espacio seguro en el cual puedan desarrollarse y crecer.
Es esencial destacar que, en situaciones como una pandemia, impulsar una infraestructura que facilite el tránsito del mundo físico al virtual es crucial para mantener el estado de derecho, reconociendo este último como un derecho en sí mismo. Aunque la transformación digital es un fenómeno global que ha revolucionado nuestra forma de vivir, trabajar y hacer negocios, la intervención activa del Estado debe ser primordial para orientar esta revolución digital y asegurar que todos los ciudadanos se beneficien de ella.
En la actualidad, según la encuesta desarrollada por Somos Innovación, centrada en la “Percepción de los chilenos sobre la transformación digital” se puede observar que un 70 por ciento de los chilenos considera que las plataformas digitales son importantes o muy importantes para su vida cotidiana; así mismo, el uso de aplicaciones móviles de bancos, billeteras digitales y e-commerce es una práctica que es realizada por más de un 60 por ciento de la población chilena. Revelando que el avance de la adopción digital por parte de la población del país, es importante e irá incrementando con los años.
Por otro lado, los resultados también mostraron que se observó que más de un tercio de la población (37 por ciento) considera que los líderes políticos no apoyan suficientemente la innovación y la digitalización, lo que podría funcionar como un llamado de atención para la adopción de políticas más proactivas en este ámbito. En consonancia con este resultado, se observó que, un 88 por ciento, afirma que se debería reducir la burocracia estatal para facilitar la innovación digital. Aunado a esto, un 92 por ciento de los chilenos demandan de forma casi unánime la digitalización de trámites gubernamentales.
Es importante entender que la transformación digital se refiere a la adopción y el uso estratégico de tecnologías digitales como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la nube y el análisis de datos para mejorar la eficiencia, la productividad y la calidad de vida. Esta revolución digital ha impulsado cambios significativos en industrias como la salud, la educación, la manufactura, el transporte y el gobierno.
En conclusión, si bien la población y las empresas, por medio de la adaptación han logrado migrar en mayor cuantía al medio digital, resulta importante el papel del Estado en la transformación digital, ya que es esencial para garantizar que la revolución digital sea inclusiva y beneficiosa para todos. Este impulso debe estar centrado en la dotación de la infraestructura tecnológica, la educación digital, el gobierno digital, la regulación política, la promoción de la innovación y la ciberseguridad. A medida que avanzamos en esta era digital, la colaboración entre el gobierno, las empresas y la población se vuelve crucial para construir un futuro impulsado por la tecnología que mejore la calidad de vida y promueva la prosperidad del país.
* Erick Roamir Vilca Espejo es economista peruano, altamente capacitado y orientado a resultados, con amplia experiencia en el análisis económico, social, político y la toma de decisiones estratégicas vinculadas a la gestión pública y el desarrollo territorial. Actualmente es Pasante de la Fundación Internacional Bases.
Fuente: Somos Innovación
