El filósofo contemporáneo Byung-Chul Han, expresa en su libro “No-Cosas”:
“Experimentar significa, abstractamente formulado, consumir información. Hoy queremos experimentar más que poseer, ser más que tener. Experimentar es una forma de ser. […] La antigua máxima del Yo soy tanto más cuanto más tengo ya no tiene aplicación. La nueva máxima del experimentar es: Yo soy tanto más cuanto más experimento”.
Atravesados por una época en la que la información abunda y las experiencias son las que se anhelan, el turismo busca estar a la altura de las circunstancias. Tras casi dos años de no ver aviones en el cielo. De no escuchar el sonido de los viajeros. De no sentir plenitud contemplando con atención algún paisaje.
Saliendo de los confinamientos hemos decidido que la manera de recuperar todas estas experiencias será completamente diferente. Como si la pandemia fuera una excusa para plantearnos la manera de viajar, de conectarnos con el destino al que se visita y a todos los que lo integran.
El “Slow Travel” busca viajar de una forma más lenta, sin prisas, disfrutando más de la experiencia que del destino en sí. Sus viajeros huyen de las masas, buscan conectar con los locales, entendiendo más de su cultura, sus tradiciones, su historia, su gastronomía. Se ven envueltos en experiencias que generan lazos teniendo un intercambio genuino, espontáneo.
En vez de buscar simplemente un lugar para descansar, los viajeros buscan experiencias auténticas y significativas que les permitan experimentar el destino que visitan de manera más profunda.
Una de las tendencias más notables en el turismo actual en Argentina es la búsqueda de contacto con la naturaleza y los entornos rurales. Con varios destinos aptos para brindar estas experiencias como la Patagonia, la Puna o las Cataratas del Iguazú, los viajeros son capaces de rodearse de naturaleza y disfrutar de actividades al aire libre, como caminatas, paseos en bicicleta, avistamiento de aves y la práctica de deportes de aventura.
Otra tendencia importante es el interés por las experiencias culturales. Los turistas quieren conocer y aprender más sobre la cultura y la historia del país, no solamente mediante un guía mostrando el mismo, sino interactuando directamente con las comunidades locales y conociendo sus costumbres y tradiciones.
El turismo sostenible también es una tendencia creciente en Argentina. Los turistas buscan alojamientos y actividades que tengan un impacto mínimo en el medio ambiente y en las comunidades locales. Cada vez hay más opciones de alojamientos ecológicos, como cabañas y hoteles con certificación LEED, que utilizan energías renovables y prácticas sostenibles. Además, de excursiones y actividades que promueven la conservación del medio ambiente y el respeto por la cultura y las comunidades locales.
El turismo en Argentina está evolucionando para adaptarse a las tendencias actuales de los viajeros, que buscan experiencias auténticas y significativas en contacto con la naturaleza, la cultura y la sostenibilidad. La pandemia de COVID-19 ha acelerado estas tendencias y ha llevado a una reevaluación de la manera en que se viaja y se conecta con los destinos que se visitan. La nueva máxima del experimentar se hace presente en el turismo, y Argentina no es ajena a esta tendencia.
* Camila García Carou es Licenciada en Gestión Turística e Investigadora Asociada de la Fundación Internacional Bases
Fuente: Somos Innovación
