La conectividad y los bajos tiempos de latencia son cruciales para el progreso económico de los estados desarrollados. Aunque los responsables políticos europeos no rehúyen los grandes planes para mantener la competitividad del continente, el ingrediente esencial para una estrategia digital exitosa es la creación de un verdadero mercado único digital dentro de la Unión Europea. A continuación se exponen cinco razones principales por las que Europa va peor que Estados Unidos y parte de Asia, junto con una posible solución.
1. La falta de incentivos para las inversiones duraderas en banda ancha
Países como Alemania, Italia y el Reino Unido ven el espectro de banda ancha principalmente como una vaca lechera para las finanzas públicas y no como una infraestructura necesaria para el crecimiento económico en la era de la información. Por ello, el espectro de banda ancha se subasta a las empresas que más pujan, que suelen quedarse con ese espectro durante 20 años. Dado que las empresas de telecomunicaciones pagan más de 600 euros por residente en estos países, tendrían que cobrar 30 euros al año por usuario sólo para amortizar los derechos de licencia del espectro que pagan antes de perder la licencia después de dos décadas.
Las empresas afortunadas que ganan las subastas de espectro de banda ancha tienen muy poco margen de maniobra para invertir en la construcción de la red después de haber pagado una media de 50.000 millones de euros por mercado por las licencias.
Afortunadamente, la UE reformó recientemente y armonizó parcialmente el proceso de adjudicación de espectro para datos a los proveedores de telecomunicaciones. Pero en lugar de adjudicar el espectro de banda ancha de forma permanente a los ganadores de la subasta -y, por tanto, crear un mercado secundario del espectro-, aumentaron principalmente el tiempo de uso a 25 años.
2. La potencia exportadora de Europa se queda atrás digitalmente
Siendo Alemania la mayor economía de la UE, su accesibilidad a la banda ancha desarrollada es lamentable. Uno de cada 11 hogares no recibe señal de 3G en su casa: sólo Eslovaquia se sitúa en un puesto inferior. Uno de cada nueve hogares rurales no tiene acceso a Internet de banda ancha DSL, y sólo el 65% de los hogares tiene acceso a Internet a una velocidad superior a 100 Mbps.
El vecino del sur de Alemania, Suiza, en cambio, ofrece un acceso de casi el 100% a velocidades superiores a los 100 Mbps. Los malos resultados de Alemania en cuanto a infraestructura de banda ancha son especialmente sorprendentes, ya que, al ser el quinto país de la UE con mayor densidad de población, la infraestructura de red por kilómetro cuadrado debería ser mucho más barata y fácil de mejorar.
3. Barreras de entrada al mercado dentro del mercado único
A pesar de contar con un mercado único, siguen existiendo muchas barreras para las empresas de telecomunicaciones con sede en un país de la UE que desean entrar en el mercado de otro Estado miembro. La preselección por parte de los reguladores de las empresas que pueden optar a las licencias de espectro de banda ancha, los complicados y dispersos procedimientos de solicitud de licencias y otros trámites burocráticos impiden a los competidores innovadores entrar en los mercados de telecomunicaciones.
La Comisión Europea debe ser audaz y romper estas barreras para permitir la consolidación de los mercados de telecomunicaciones y banda ancha en Europa. Esto proporcionaría a los consumidores conexiones más rápidas a precios más bajos.
4. La oportunidad perdida del 5G
Un informe del año pasado estima que, para 2025, la mitad de los hogares estadounidenses tendrán acceso a la tecnología de red 5G de ultra alta velocidad. En cambio, la cifra es del 31% en Europa. De hecho, es muy probable que algunos de sus principales miembros, como Alemania e Italia, tengan niveles de cobertura aún más bajos debido a sus sistemas de subasta de espectro de banda ancha.
Al cobrar en exceso a los proveedores de redes por las licencias de espectro de banda ancha, los gobiernos europeos están cambiando la competitividad económica a largo plazo por rápidos excedentes domésticos. Aunque la estabilidad fiscal es algo por lo que los gobiernos deberían esforzarse, al mismo tiempo no deberían tomar el espectro de banda ancha y las tecnologías futuras como rehenes para estos fines, sino solucionar su exceso de gasto estructural.
5. Los políticos se enamoran de las tecnologías equivocadas
En lugar de limitarse a definir un marco para la innovación, muchos responsables políticos y reguladores apuestan con demasiada frecuencia por tecnologías concretas y exigen a las empresas que las utilicen.
Un ejemplo reciente de esto fue la presión de la UE para determinar la tecnología ITS-G5 como la forma en que los vehículos autónomos se comunican con los coches circundantes. Una solución más favorable a la innovación sería simplemente definir la latencia máxima tolerada de la comunicación y luego dejar que varias soluciones compitan en el mercado entre sí. El mandato de la UE sobre catalizadores específicos en los vehículos de motor muestra la misma tendencia preocupante.
Es difícil imaginar que el DVD hubiera surgido si los gobiernos hubieran ordenado que todo el material de vídeo se almacenara en cintas VHS. Un enfoque «tecnológicamente neutro» de la regulación permite a los consumidores acceder a tecnologías más nuevas y mejores sin tener que esperar a que se produzcan cambios legislativos.
A Europa le queda un largo camino por recorrer antes de conseguir un mercado único digital para sus cientos de millones de consumidores. Ahora debe centrar su atención en derribar las barreras dentro del mercado único y reducir los costes artificiales para los proveedores de redes. Ambas cosas se reflejarían positivamente en la calidad de la red y en la factura telefónica de los consumidores. Las próximas décadas estarán marcadas por las innovaciones digitales y, por el bien de sus consumidores, Europa debe adoptar políticas inteligentes para seguir el ritmo.
Traducido por el Equipo de Somos Innovación
Fuente: 1828
