Héroes del Progreso, Parte 28: Lucy Wills

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Hoy presentamos la parte No. 28 en una serie de artículos publicados por HumanProgress.org, titulada «Héroes del Progreso«. Esta columan provee una breve introducción a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad. Puede encontrar la parte No. 27 aquí.

Esta semana nuestra heroína es Lucy Wills, la hematóloga que descubrió que el ácido fólico puede prevenir tipos de anemia –una condición bajo la cual la persona carece de suficientes glóbulos rojos para transportar de manera eficiente oxígeno hacia los tejidos de su cuerpo– que atentan contra la vida de las mujeres embarazadas. Las investigaciones de Wills en torno a la salud de las mujeres durante el embarazo han salvado un sinnúmero de vidas y mejorado el cuidado prenatal. Hoy, el ácido fólico es recomendado para todas las mujeres embarazadas para ayudar a proteger a la mamá de enfermedades y para asistirla en el desarrollo sano del bebé.

Lucy Wills nació el 10 de mayo de 1888 en Sutton Coldfield, una ciudad cerca de Birmingham, Inglaterra. Su padre había estudiado ciencias naturales y su madre era la hija de un doctor muy conocido. Como tal, Wills recibió una sólida educación científica desde una edad temprana. En 1903, Wills asistió a la Escuela de Cheltenham, uno de los primeros internados británicos para entrenar a las estudiantes femeninas en las ciencias y matemáticas. Cuatro años después, en 1907, Wills empezó a estudiar ciencias naturales y botánica en Newnham College, una facultad solo para mujeres dentro de la Universidad de Cambridge. Wills terminó sus exámenes universitarios en 1911. Sin embargo, como mujer, no podía recibir un título de Cambridge (esta universidad no concedió títulos a las mujeres hasta 1947).

En 1915, Wills se inscribió en la Escuela de Medicina para Mujeres de Londres, la primera facultad en Gran Bretaña que entrenaba a mujeres para ser doctoras. Para 1920, había obtenido certificación legal para ejercer medicina, cumpliendo con los requisitos para obtener la Licenciatura de la Royal College of Physicians de Londres, el Título de Medicina y de Cirugía. Luego de su graduación, Wills dio clases y realizó investigaciones dentro del departamento de patologías del embarazo en el Royal Free Teaching Hospital en Londres.

En 1928, Wills fue reclutada para trabajar en Mumbai, India. Su tarea era investigar por qué millones de mujeres embarazadas en el mundo en vías de desarrollo sufrían de una forma severa, y muchas veces mortal, de anemia. Wills descubrió que los glóbulos rojos de las mujeres embarazadas anémicas estaban extremadamente inflamados y que por lo tanto no estaban transportando suficiente hemoglobina –una proteína roja responsable de transportar el oxígeno en la sangre de los vertebrados.

Primero, Wills supuso que la anemia podría haber sido causada por una bacteria o virus, pero luego de estudiar las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres, no encontró algún patógeno perjudicial. Wills pronto se dio cuenta de que las mujeres más ricas en la India, quienes muchas veces tenían una dieta mucho más nutritiva, eran mucho menos proclives a desarrollar anemia durante el embarazo. Esto llevó a Wills a preguntarse si una deficiencia nutricional podría ser la causa de la anemia.

Wills decidió alimentar a monas Rhesus en un laboratorio con una dieta basada en aquello consumido por las mujeres anémicas. Muchas de las monas estudiadas desarrollaron anemia. Primero Wills descubrió que el extracto de hígado, que antes había demostrado ser eficaz para tratar un tipo distinto de anemia –la tal llamada anemia Addisoniana– también era eficaz en el tratamiento del tipo de anemia que Wills estaba investigando.

Sin embargo, Wills también descubrió que una dosis mucho más alta de extracto de hígado se requería para combatir la anemia en las monas embarazados. Dado que el extracto de hígado era caro en ese entonces, Wills supo que el extracto no podría convertirse en un tratamiento efectivo para las mujeres anémicas más pobres.

Un gran avance se dio cuando Wills descubrió que la anemia podía ser tratada con la adición de un extracto de levadura en la dieta de las monas. Wills descubrió que la Marmita, una margarina inglesa barata y popular fabricada a base de la levadura de cerveza, era extremadamente eficaz para tratar a las monas anémicas. Wills realizó pruebas de la eficacia de los suplementos de Marmita y de hígado en varias mujeres embarazadas y descubrió que ambos suplementos funcionaban. Como el hígado era mucho más caro que la comercialmente disponible y barata Marmita, ella trató a varias mujeres anémicas con Marmita únicamente.

Escribiendo en el Asia-Pacific Journal, Wills destacó que la mejora en la salud de las mujeres embarazadas «era impresionante…conforme experimentaban un rápido retorno del apetito…y un aumento en el conteo de glóbulos rojos para el cuarto día». Wills publicó sus resultados en la edición de 1931 del British Medical Journal aún cuando admitió no saber qué componente en la Marmita y en el extracto de hígado era responsable de la cura de sus pacientes.

Los científicos alrededor del mundo denominaron el componente desconocido como el «Factor Wills» y alentaron a los mujeres en todas partes a comer Marmita o extracto de hígado durante el embarazo. En 1941, el misterioso «Factor Wills» fue aislado. Hoy sabemos que es el ácido fólico.

Wills volvió a Londres para trabajar en el Royal Free Hospital como una patóloga a tiempo completo hasta su jubilación en 1948. Wills pasó sus últimos años viajando con frecuencia. Continuó sus investigaciones en torno a la nutrición y la anemia en el mundo en vías de desarrollo. Luego de su muerte en abril de 1964, el British Medical Journal destacó que el descubrimiento del «Factor Wills en el extracto de la levadura…era una de las observaciones sencillas pero grandiosas que constituyen un punto de referencia en la historia y el tratamiento de las anemias nutricionales».

Hoy, las mujeres en todas partes son alentadas a consumir ácido fólico para ayudar a asegurar un embarazo sano. Desde su descubrimiento, se ha constatado que el ácido fólico no solo previene la anemia en las mujeres embarazadas, sino que también reduce considerablemente el riesgo de defectos congénitos severos como defectos de tubos neurales que típicamente conducen a discapacidades permanentes, daños en el cráneo o en el cerebro, y muchas veces a una muerte temprana.

Al descubrir una cura de la anemia durante el embarazo, Wills ha prevenido el sufrimiento y la potencial muerte de millones de mujeres y sus bebés alrededor del mundo. Su descubrimiento también previene un sinnúmero de defectos congénitos debilitantes. Por esta razón, Lucy Wills es nuestra Heroína del Progreso No. 28.

 

Fuente: El Cato

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