Héroes del Progreso, Parte 45: John Snow

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Hoy presentamos la Parte No. 45 en una serie de artículos publicada por HumanProgress.org titulada “Héroes del Progreso”. Esta columna provee una introducción a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad. Puede encontrar la Parte No. 44 de esta serie aquí.

Esta semana, nuestro héroe es John Snow. Snow era un médico inglés en el siglo 19 y es considerado por muchos como el padre de la epidemiología. Luego de una serie de brotes de cólera en Londres, Snow fue la primera persona en utilizar mapas y registros de datos para rastrear la propagación de la enfermedad hasta llegar a su fuente. El trabajo de Snow proveyó una base para la ciencia y la epidemiología. Como tal, mejoró la manera en que la humanidad confronta las emergencias de salud pública.

Snow nació el 15 de marzo de 1813 en York, Inglaterra. Su padre era un trabajador en una mina de carbón y Snow era el mayor de ocho hijos. Snow creció en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Desde niño, era excepcionalmente inteligentey tenía una aptitud destacada para las matemáticas. Su madre, reconociendo los talentos académicos de Snow, utilizó una pequeña cantidad de dinero que heredó para enviarlo a una escuela privada cercana.

Snow se destacó en la escuela. En 1827, a los 14 años, Snow obtuvo una pasantía bajo el Dr. William Hardcastle en Newcastle —a alrededor de cien millas de York. En 1831, una epidemia de cólera empezó a esparcirse a lo largo de Europa. Para 1832, una aldea donde se realizaba actividades mineras estaba severamente afligida con la enfermedad. Estando Hardcastle abrumado con pacientes, Snow fue enviado a la aldea para intentar tratar a las víctimas.

El cólera provoca que sus víctimas sufran de diarrea y vómito severos, lo cual conduce a una deshidratación rápida. Puede ser fatal dentro tan solo unas pocas horas. Desafortunadamente, había poco que Snow podía hacer para ayudar a los mineros afectados por el cólera. Los tratamientos médicos tradicionales del día que incluían los laxantes, el opio, el brandy, y la menta, todos eran irremediablemente ineficaces. Pocos meses después, la epidemia se acabó. En total, el brote mató a más de cincuenta mil británicos. La experiencia temprana de desesperación frente al cólera dejó un impacto significativo en Snow.

Posteriormente, en 1832, Snow empezó a trabajar como asistente de un cirujano de una mina de carbón en Country Durham. En 1836, se inscribió en la Hunterian School of Medicine en Londres. Un año antes, Snow firmó una promesa de abstinencia de alcohol y se convirtió en un promotor de la abstinencia. También se volvió vegetariano y solo tomaba agua que había sido hervida, de tal manera que esta fuese “pura”.

En 1837, Snow empezó a trabajar en el Hospital Westminster y un año después fue admitido como miembro del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra. En 1844, Snow recibió su doctorado en medicina de la Universidad de Londres. Luego de su graduación, Snow empezó a trabajar como cirujano y médico clínico.

Durante varios años, Snow estudió meticulosamente los efectos de las distintas anestesias. En la época de Snow, era típico que un cirujano utilice muy poca anestesia y el paciente se levantaría durante la mitad de la cirugía o, demasiada anestesia, lo cual podía provocar la muerte. Snow era uno de los primeros médicos que estudió y calculó las dosis del éter y el cloroformo requerido para uso en cirugías. Durante muchos años, Snow realizó pruebas acerca de los efectos del éter y el cloroformo en sí mismo. Tomando notas acerca de qué tanto tiempo estaba inconsciente después de distintas dosis, eventualmente fue capaz de descifrar la cantidad óptima de anestesia que los pacientes podían tolerar.

Luego de crear un inhalador anestésico y de publicar sus descubrimientos en 1847 en un libro de texto titulado On the Inhalation of the Vapour Ethel in Surgical Operations, Snow rápidamente obtuvo fama como el anestesiólogo más consumado de Gran Bretaña. El estrellato de Snow eventualmente lo llevó a administrarle cloroformo a la Reina Victoria durante el nacimiento de sus dos últimos hijos, el Príncipe Leopoldo y la Princesa Beatriz.

A pesar de los logros impresionantes de Snow en el campo de la anestesiología, su trabajo más importante llegó unos cuantos años después, luego de una serie de epidemias de cólera en Londres. A mediados del siglo 19, la mayoría de los médicos pensaban que las enfermedades como el cólera o la plaga eran causadas por “miasmas” o contaminación del aire. La teoría microbiana de las enfermedades o teoría de los gérmenes de las enfermedades todavía estaba por ser descubierta, pero Snow teorizaba que las enfermedades probablemente eran causadas por pequeños parásitos invisibles.

En 1848, una nueva epidemia de cólera azotó Londres y Snow decidió rastrear la enfermedad hasta su fuente para descubrir cómo se propagaba. Luego de examinar muchos pacientes, Snow se dio cuenta de que sus primeros síntomas casi siempre habían sido problemas digestivos. Snow teorizó que la enfermedad debe haber sido adquirida de la comida o el agua. Si la enfermedad hubiese sido esparcida mediante el aire, como los partidarios de la teoría del miasma creían, entonces los primeros síntomas lógicamente deberían aparecer en la nariz o los pulmones.

Además, Snow razonó que la diarrea severa, que era causada por el cólera, podría ser el mecanismo mediante el cual se propagaban los gérmenes. Dicho de otra manera, si los gérmenes peligrosos estaban presentes en la diarrea y la diarrea contaminaba la oferta de agua, los gérmenes luego podían esparcirse a un sinnúmero de víctimas. En 1849, Snow decidió publicar un panfleto, financiado de su propio bolsillo, que delineaba sus pensamientos acerca de cómo se esparcía el cólera. Se tituló On the Mode of Communication of Cholera. Aunque el trabajo de Snow tuvo poco efecto en el pensamiento de sus colegas, él presionó con sus investigaciones.

En agosto de 1854, otra epidemia de cólera se dio en el barrio Soho en Londres. Snow descubrió que, de las 73 víctimas de cólera, 61 habían tomado agua de la misma tubería que se encontraba en la Calle Broad. La evaluación microscópica que hizo Snow del agua de la tubería de la Calle Broad demostró ser inconclusa. Sin darse por vencido, Snow ubicó en un mapa el número y ubicación de los casos de cólera de la zona, para resaltar la correlación entre las infecciones de cólera y el uso de la tubería de la Calle Broad. Durante el siguiente mes Snow mostró su evidencia a las autoridades y recomendó que removieran la manivela de la tubería, de tal manera que nadie pudiera tomar agua de la fuente infectada. Aunque las autoridades no estaban convencidas del argumento de Snow, le hicieron caso. Posteriormente, el brote local de cólera terminó rápidamente. Los investigadores después descubrirían que el pozo de la Calle Broad había sido cavado a tan solo tres pies de un viejo foso séptico, del cual había empezado a filtrarse un poco de bacteria fecal—un descubrimiento que ayudó a prestarle credibilidad a la teoría de Snow.

Después en 1854, Snow empezó otro proyecto que denominó el “Gran Experimento”. Snow empezó a comparar la tasa de muertes de cólera de hogares que tenían su agua provista por dos empresas distintas: la Sourthwark & Vauxhall Company y la Lambeth Company.

Snow descubrió que la Southwark & Vauxhall Company había dependido demasiado del agua de las secciones contaminadas por el alcantarillado del Río Tames. En cambio, la Lambeth Company utilizaba agua de las ensenadas de la parte alta del Río Tames —la cual estaba ubicada a millas de población urbana. Snow creó mapas con puntos y utilizó estadísticas para resaltar la correlación entre la calidad del agua provista hacia diferentes hogares y la diferencia en la incidencia del cólera.

Snow publicó una versión más larga de su panfleto de 1848 como un libro que incluía los detalles minuciosos acerca de todos sus estudios. En 1855, publicó la segunda edición de On the Mode of Communication of Cholera. Hoy, los estudios de Snow son considerados como importantes eventos en la historia de la sanidad pública, dado que fue la primera vez que los mapas y los registros de datos fueron utilizados de manera precisa para rastrear la propagación de una enfermedad hasta llegar a su fuente. Como tal, muchos consideran el libro de 1855 de Snow como el fundamento de la epidemiología. Sin embargo, a pesar de la importancia histórica del trabajo, los críticos de Snow y los funcionarios de salud pública siguieron sin dejarse impresionar, argumentando que una enorme cantidad de agua en el Río Tames era lo suficientemente cuantiosa para diluir cualquier veneno que provenía del agua.

La previsión de Snow no fue realmente apreciada hasta la década de 1860, cuando nuestro Héroe del Progreso No. 19, Louis Pasteur, exitosamente comprobó la teoría microbiana de las enfermedades. Desafortunadamente, Snow nunca llegó a ver que su trabajo fuese ampliamente aceptado, dado que murió de un derrame cerebral el 16 de junio de 1858. Tenía tan solo 45 años.

John Snow fue uno de los grandes médicos de todo el siglo 19. Durante su corta vida, escribió más de 100 libros, panfletos y ensayos a cerca de una variedad de temas médicos. Es ampliamente considerado como el fundador de la epidemiología. Los métodos de Snow han sido copiados alrededor del mundo y han sido utilizados para controlar, o al menos desacelerar, una serie de brotes potencialmente catastróficos de enfermedades mortales, salvando así un sinnúmero de vidas. Por restas razones, John Snow es nuestro Héroe del Progreso No. 45.

 

Fuente: El Cato

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