La Cuarta Revolución Industrial Es Ahora

El mundo está cambiando. No hay forma de evitar este hecho.

La Cuarta Revolución Industrial es ahora. Y, lo sepas o no, te afectará.

El cambio que trae consigo la Cuarta Revolución Industrial es inevitable.

Miles de millones de personas e innumerables máquinas están conectadas entre sí. Gracias a una tecnología revolucionaria, una potencia y velocidad de procesamiento sin precedentes y una capacidad de almacenamiento masiva, los datos se recopilan y aprovechan como nunca antes.

Automatización, aprendizaje automático, informática móvil e inteligencia artificial: ya no son conceptos futuristas, son nuestra realidad.

Para muchos, estos cambios son aterradores.

Las revoluciones industriales anteriores nos han demostrado que si las empresas y las industrias no se adaptan a las nuevas tecnologías, tienen dificultades. Peor aún, fracasan.

Pero creo firmemente que estas innovaciones harán que la industria -y el mundo- sean más fuertes y mejores.

Las personas con agallas abrazarán este futuro, en lugar de aferrarse al statu quo.

El cambio que trae consigo la Cuarta Revolución Industrial es inevitable, no opcional.

Y las posibles recompensas son asombrosas: mejora del nivel de vida, de la seguridad y de la capacidad humana.

Para las personas, debe producirse un cambio de mentalidad.

Por difícil que sea, el futuro del trabajo es muy distinto del pasado. Creo que las personas con agallas, creatividad y espíritu emprendedor abrazarán este futuro, en lugar de aferrarse al statu quo.

Las personas pueden ser mejores en su trabajo con la tecnología actual, y con la que está por venir, en lugar de temer que se devalúen sus capacidades humanas

Todos hemos oído hablar de ordenadores que ganan incluso a los grandes maestros. Pero la historia tiene más matices: los humanos y los ordenadores juegan de forma diferente y cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles.

Los ordenadores prefieren retirarse, pero pueden almacenar cantidades ingentes de datos y son imparciales en su toma de decisiones.

El mundo siempre necesitará la brillantez, el ingenio y las habilidades humanas

Los humanos pueden ser más testarudos, pero también pueden leer las debilidades de su oponente, evaluar patrones complejos y tomar decisiones creativas y estratégicas para ganar.

Incluso los creadores de máquinas artificiales de ajedrez reconocen que el mejor jugador de ajedrez es en realidad un equipo de humanos y máquinas.

El mundo siempre necesitará la brillantez, el ingenio y las habilidades humanas.

El software y la tecnología tienen el potencial de potenciar a las personas en un grado mucho mayor que en el pasado, liberando la creatividad, la percepción y la imaginación latentes de los seres humanos en todos los niveles de todas las organizaciones.

Este cambio permitirá a los trabajadores en primera línea, en la carretera y sobre el terreno tomar decisiones más inteligentes, resolver problemas más difíciles y hacer mejor su trabajo.

Esta es nuestra misión en Uptake: combinar el poder de los datos y el poder de las personas en todos los sectores.

Así es como funciona:

Las locomotoras de ferrocarril funcionan con motores eléctricos enormes y muy complejos que cuestan millones de dólares.

Cuando una se avería, el ferrocarril pierde miles de dólares más por cada hora que está fuera de servicio (por no mencionar que hay que lidiar con un montón de viajeros o clientes de carga enfadados).

Una vez remolcada la locomotora para su reparación, los técnicos suelen empezar por realizar pruebas de diagnóstico. Estas pruebas pueden llevar horas y a menudo obligan a los técnicos a permanecer de pie junto a las locomotoras rugientes anotando cifras basadas en las lecturas de diagnóstico.

Así era antes, o al menos así debería ser.

Cuando las locomotoras de nuestros clientes llegan al taller para los servicios rutinarios, ya se han realizado todos los diagnósticos.

Un mecánico puede simplemente coger un iPad y saber exactamente qué está a punto de averiarse.

Nuestro software ha pronosticado cuándo, por qué y cómo es probable que se averíe la máquina mediante análisis predictivos, es decir, algoritmos que analizan cantidades ingentes de datos generados por los 250 sensores de cada locomotora.

Nuestros sistemas han examinado esos datos en el contexto de máquinas similares, expertos en la materia, normas del sector e incluso condiciones meteorológicas. Si hay un problema, lo detectamos y dirigimos la locomotora a un centro de reparación.

Un mecánico puede entonces coger un iPad y saber en pocos minutos qué es exactamente lo que está a punto de averiarse, así como el historial de la máquina y las condiciones en las que ha estado funcionando.

Así, los mecánicos pueden hacer lo que mejor saben hacer: reparar la avería con su experiencia, criterio y habilidad. Y las decisiones y acciones de los mecánicos se convierten en datos que retroalimentan el software, mejorando los análisis y las predicciones para el siguiente problema.

Por tanto, la tecnología no sustituye a los mecánicos, sino que les ayuda a hacer su trabajo.

Del mismo modo que los maestros de ajedrez y los ordenadores trabajan mejor juntos, el mecánico utilizó habilidades humanas que una máquina no puede replicar: ingenio, creatividad y experiencia. Y la tecnología detectó un problema desconocido e invisible a los ojos humanos.

Tendremos los conocimientos, el talento y las herramientas para resolver los mayores problemas del mundo: el hambre, el cambio climático, las enfermedades.

En resumen, cuando el mecánico y la tecnología trabajan juntos, el trabajo se hace más rápido, con menos errores y mejores resultados.

Multiplica esto por todos los sectores: aviación, energía, transporte, ciudades inteligentes, fabricación, recursos naturales y construcción.

La productividad que desencadenamos podría recordar a la que el mundo vio en el advenimiento de la primera revolución industrial. Pero el impacto de la Cuarta Revolución Industrial será mucho más amplio y profundo que el de la primera.

Tendremos los conocimientos, el talento y las herramientas para resolver algunos de los mayores problemas del mundo: el hambre, el cambio climático, las enfermedades.

Las máquinas nos proporcionarán la visión y la perspectiva que necesitamos para alcanzar esas soluciones. Pero no aportarán el juicio ni el ingenio. Serán las personas.

Fuente: La Fundación para la Educación Económica

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