¿Cómo sería la vida sin intercambio o comercio? Un hombre decidió hacer un sándwich desde cero. Cultivó las verduras, recogió sal del agua de mar, ordeñó una vaca, convirtió la leche en queso, encurtió un pepino en un tarro, molió su propia harina de trigo para hacer el pan, recogió su propia miel y mató personalmente un pollo para obtener carne.
Los resultados del esfuerzo están en un video esclarecedor: hacer un sándwich completamente solo le costó 6 meses de su vida y 1.500 dólares.
(Cabe señalar que se utilizó el transporte aéreo para llegar al océano para recoger sal. Si se hubiera encargado de aprender a construir y pilotar un avión, su esfuerzo habría resultado imposible).
La ineficiencia de hacer algo tan humilde como un sándwich por sí mismo, sin los beneficios del intercambio del mercado, es simplemente alucinante. Hubo un tiempo en el que cada uno cultivaba su propia comida y hacía su propia ropa. Fue un tiempo de inimaginable pobreza y trabajo sin descanso.
Cuanto mayor es el número de personas involucradas en el intercambio, más beneficioso se vuelve el proceso.
Esta mañana, gracias al comercio internacional, estoy bebiendo café cultivado en Latinoamérica, viendo una pantalla de computadora con anteojos hechos en Europa, y escribiendo un blog en un teclado hecho en Asia.
Afortunadamente, la libertad de comercio internacional ha mejorado, en promedio, en todo el mundo. El aumento del comercio ha ayudado a elevar el nivel de vida y a reducir la pobreza mundial.
Sin embargo, la tendencia reciente en los Estados Unidos es menos positiva.
Si los políticos proteccionistas del comercio se salen con la suya, entonces la libertad de los Estados Unidos para comerciar internacionalmente puede deteriorarse aún más. Ellos ponen fin al comercio alegando que perjudica la economía de los EE.UU. y destruye puestos de trabajo.
Sin embargo, hay un acuerdo generalizado entre los economistas de que el libre comercio es la clave de la prosperidad. (Aprenda más sobre la relación entre el aumento del comercio y los empleos aquí).
Hoy, mientras bebes tu café, tómate un momento para considerar de dónde viene. Probablemente no lo estarías bebiendo si no fuera por el comercio. Este vídeo llama la atención de forma elegante sobre las múltiples formas en que el intercambio de bienes y servicios a través de las fronteras nacionales afecta a las vidas y ayuda a elevar los niveles de vida.
Casi todo lo que usas es el producto de una compleja red de cooperación humana, que a menudo se extiende más allá de tu país. Incluso algo tan simple como una bolsa de alimentos o un lápiz es el resultado final de una «sinfonía de actividad humana que se extiende por todo el mundo».
