Las élites financieras desprecian regularmente a Bitcoin. Los periodistas occidentales se centran en las preocupaciones del primer mundo, como el impacto de Bitcoin en los mercados financieros, los costes energéticos de la minería y las regulaciones pendientes.
Aunque esta cobertura es importante, pinta una imagen incompleta de la utilidad de Bitcoin. Fuera de Occidente, en todo el mundo en desarrollo, Bitcoin es un salvavidas financiero para quienes viven bajo regímenes monetarios represivos. Bitcoin les proporciona un gran valor, pero hasta ahora, sus historias no han sido ampliamente compartidas.
El nuevo libro Check Your Financial Privilege: Inside The Global Bitcoin Revolution de Alex Gladstein ofrece una visión de la utilidad de Bitcoin en el mundo en desarrollo. Gladstein, director de estrategia de la Human Rights Foundation, escribe una colección de ensayos que se publicaron previamente en Bitcoin Magazine. El primer ensayo, Check Your Financial Privilege, es humilde. Gladstein informa a los lectores de la represión monetaria y financiera a la que se enfrenta gran parte del mundo.
Sólo el 13% de la población de nuestro planeta ha nacido en el dólar, el euro, el yen japonés, la libra esterlina, el dólar australiano, el dólar canadiense o el franco suizo. El 87% restante ha nacido en la autocracia o en monedas bastante menos fiables. 4.300 millones de personas viven bajo el autoritarismo, y 1.200 millones viven bajo una inflación de dos o tres dígitos.
Para aquellos que viven bajo esta represión, donde los gobiernos corruptos aplican políticas monetarias perjudiciales y limitan las transacciones financieras, Bitcoin es una alternativa atractiva. Con perspicacia y claridad, Gladstein proporciona casos en los que Bitcoin se utiliza en Nigeria, Sudán, Etiopía, Cuba, Afganistán, Palestina y otros países para causas humanitarias. Los informes anecdóticos de Gladstein están respaldados por datos macroeconómicos, que muestran que las tasas de adopción de bitcoin en estos países son de las más altas del mundo per cápita.
Casos de uso de Bitcoin en el mundo en desarrollo
Empezando por Nigeria, donde la inflación anual es del 15%, Gladstein cuenta la historia de Ire Aderinokun, una empresaria que se dio cuenta de que Bitcoin podía utilizarse como depósito de valor sin la intromisión del gobierno. Aderinokun cofundó Buycoins, una bolsa de criptodivisas, ahora una de las más populares de África Occidental. La empresa de Aderinokun también creó Sendcash, una aplicación que utiliza la red Bitcoin para facilitar los pagos transfronterizos a los nigerianos. Su trabajo ya está teniendo un impacto en Nigeria, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos y el activismo. Como destaca Gladstein
El pasado mes de octubre, en medio de las protestas nacionales contra el SARS, una conocida unidad especial de la policía que aterrorizaba a los ciudadanos de todo el país, la Coalición Feminista comenzó a aceptar donaciones a través de Flutterwave, un producto fintech. Esto empezó bastante bien, pero luego el régimen empezó a tomar medidas enérgicas. Sus cuentas bancarias fueron cerradas.
El bitcoin era la única opción que quedaba. No había otra forma de recibir, conservar y gastar dinero. Para Aderinokun y sus cofundadores, éste fue un momento revelador. Acabaron creando un servidor BTCPay para procesar los regalos de todo el mundo de forma que se evitara la reutilización de direcciones y se protegiera la privacidad de los donantes. Celebridades como Jack Dorsey compartieron el enlace, y recaudaron más de 7 BTC.
Fue una gran experiencia de aprendizaje, dijo, ya que muchos jóvenes aprendieron sobre Bitcoin en este momento como una herramienta para el activismo.
El libro está lleno de historias inspiradoras como la de Aderinokun. Van desde palestinos que utilizan Bitcoin para crear una economía de resistencia, pasando por cubanos que lo utilizan para escapar de la represión monetaria dirigida por el Estado, hasta afganos que utilizan Bitcoin como refugio ante el desastre económico actual.
En todo el mundo, el periodismo de investigación de Gladstein muestra cómo Bitcoin es una herramienta para que los individuos y las comunidades protejan su riqueza y promuevan su bienestar frente a los regímenes represivos. Es una perspectiva aleccionadora.
El pasado es el prólogo
El libro contiene demasiados datos como para revisarlos todos. Sin embargo, cabe destacar la visión histórica de Gladstein sobre las décadas que precedieron a la creación de Bitcoin.
Gladstein repasa el periodo de los años 90 y principios de los 2000, cuando informáticos, economistas y tecnólogos trabajaron para crear dinero digital anónimo descentralizado. Lo hicieron con un objetivo en mente: preservar la libertad frente al creciente poder del Estado. En 2009, sus esfuerzos tuvieron éxito cuando Satoshi Nakamoto lanzó Bitcoin.
Hoy, Bitcoin sigue siendo un proyecto vivo. Empresas de Bitcoin, como Strike, están utilizando la red Bitcoin para permitir los pagos instantáneos al por menor en todo Estados Unidos. En palabras de Jack Mallers, director general de Strike, los comerciantes que utilizan la red Bitcoin «pueden aceptar pagos sin la red de boomer [tarjetas de crédito] de 1949, recibirlos al instante, en efectivo al final, sin intermediarios y sin una comisión del 3%». Aunque muchos en el mundo en desarrollo realizan transacciones con Bitcoin de igual a igual, la adopción del comercio minorista en Estados Unidos podría estimular la adopción del comercio minorista en el extranjero, proporcionando más opciones a quienes confían en esta tecnología.
Las famosas palabras de Herbert Spencer, «Se necesitan varias reiteraciones para forzar conceptos ajenos a las mentes reticentes», suenan a verdad cuando se trata de las aplicaciones humanitarias de Bitcoin que son subestimadas por los occidentales. Por suerte, el libro de Gladstein supone una poderosa contribución a esta escasa literatura. Las diversas historias del libro desafiarán incluso al lector más escéptico con un sentido de esperanza y aprecio por Bitcoin.
Traducido por el equipo de Somos Innovación
