Por qué la Revolución de Consumo de Jeff Bezos Es un Verdadero Ejemplo del Éxito Norteamericano

Tras más de un cuarto de siglo al frente de una de las empresas más valiosas del mundo, Jeff Bezos anunció este mes que pronto dejará de ser el consejero delegado de Amazon.

No se puede exagerar la huella que Bezos y su empresa han dejado en los consumidores, las pequeñas empresas y todo el mercado mundial: ayudó a crear una revolución en la forma en que la gente corriente accede a los bienes y los distribuye.

Las innovaciones introducidas por Amazon le permiten ahora a miles de millones de personas comprar y vender productos por Internet, alojar y utilizar sitios web, consumir noticias, libros y películas y esperar una entrega rápida y responsable como norma para hacer negocios.

«Si lo haces bien, pocos años después de un invento sorprendente, lo nuevo se convierte en la normalidad», escribió Bezos en su carta de despedida. «La gente bosteza. Y ese bostezo es el mayor cumplido que puede recibir un inventor».

En efecto, de las sedes y centros de distribución de Amazon han salido tantas innovaciones en estas dos décadas que se han convertido en algo omnipresente en nuestras vidas, sobre todo en el último año de confinamiento por el coronavirus.

Nada de esto se habría logrado sin riesgos significativos.

Al dejar su puesto de la cima de una de las dos únicas empresas de un billón de dólares que han existido, vale la pena recordar que Bezos es un verdadero ejemplo de éxito norteamericano.

Como declaró el año pasado en un testimonio ante el Congreso, Bezos fue criado por una madre soltera adolescente y más tarde por su padrastro, un refugiado cubano en Nuevo México. Durante los veranos, trabajaba en la granja de sus abuelos, y más tarde jugueteaba en el garaje de sus padres donde llevaba a cabo diversos inventos.

Esa curiosidad le llevó a la idea de una librería por Internet con un número ilimitado de títulos, una propuesta que a menudo lo llevó a que se rieran de él en las salas de juntas y las universidades.

Ahora, tras todos estos años, con un montón de errores caros a sus espaldas, Bezos oscila entre la persona más rica y la segunda más rica del mundo.

Dicho esto, hay personas de todas las tendencias políticas que tienen un hueso que escoger.

Su condición de multimillonario y la explotación de centros de distribución mundiales le sitúan a menudo en la mira de gobiernos ávidos de impuestos, políticos de izquierdas y activistas laborales. Al mismo tiempo, su propiedad del periódico Washington Post y sus diversas inclinaciones políticas le convierten en un cómodo saco de boxeo para los conservadores.

En general, hay cuestionamientos legítimos sobre cómo Amazon trata a sus empleados, cómo la empresa se asocia con las fuerzas del orden y emprende su bienestar corporativo.

Algunos dirán que hay mejores formas en las que Bezos podría distribuir su significativa riqueza en actividades filantrópicas, participar en conversaciones públicas o lanzar su peso político detrás de los temas importantes del día. Pero sería un error pasar por alto el valor global que Amazon ya nos ha proporcionado.

Hoy tenemos una revolución de consumo en la que todos podemos comprar y vender productos dentro el mercado de Amazon, recibirlos sin problemas y que todo funcione en un hardware de computación en la nube desarrollado por los ingenieros de Amazon. Tenemos el crecimiento explosivo de Amazon Prime y sus productos de video, y un estudio de Hollywood que avergüenza a los actuales.

Con una carrera tan distinguida entregando valor a los consumidores, Jeff Bezos merece nuestro agradecimiento y alabanza. Si tenemos suerte, su ejemplo inspirará a otros millones de emprendedores en el siglo XXI.

 

Fuente: La Fundación para la Educación Económica

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