La innovación constituye un rasgo fundamental para las sociedades, su progreso y su bienestar dependen en gran parte de ella. Tal es así que la innovación no se circunscribe de manera especial a un periodo económico o histórico, sino que más bien es la causa misma de la transformación productiva, histórica y societal. En términos schumpeterianos podríamos decir que la innovación tiene lugar cuando de forma discontinua se generan nuevas formas de producción.
A los fines de analizar el estado de avance de la innovación en la región, el think tank chileno Ciudadano Austral en colaboración con Somos Innovación ha decidido trabajar en la comparación de algunas métricas asociadas a la innovación de los países de la región iberoamericana con las mismas métricas del top 5 de países innovadores: Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Suiza y Países Bajos.
Se han seleccionado, en parte, indicadores de contexto, como los datos del PBI y de Población Económicamente Activa; indicadores de insumo, que son aquellos que describen la relación de fondos y recursos disponibles para la innovación, como el gasto en I+D en relación al PBI; e indicadores de patentes e innovación, como solicitud y otorgamiento de patentes, tasas de dependencia y autosuficiencia y el coeficiente de invención.
Los datos recabados se compararon y analizaron, en un lustro, para detectar los avances y retrocesos en los países iberoamericanos, pero también, con base en el top-5 del Índice Global de Innovación y sus ponderaciones se caracterizaron con los países que cuentan con un perfil innovador para finalizar con la comparación de los resultados obtenidos por los países del entorno sociocultural iberoamericano, de donde se han excluido a España y Portugal. También Cuba, por el tipo de convertibilidad aplicada con su divisa convertible y Venezuela por ausencia de datos.
Fuente: Ciudadano Austral
