Fecha: 20 de abril de 2021
Participantes:
Matt Ridley – Miembro del parlamento británico y autor del libro “How innovation Works”
Jehudi Castro – Asesor Transformación Digital de Presidencia de la República de Colombia
Gabriel Jaime Vallejo – Representante a la Cámara
Este conversatorio fue organizado por el ICP en asociación con Somos Innovación. Gracias a esta red, el ICP puede articularse con los centros de pensamiento más importantes de la región latinoamericana para fomentar la innovación en un contexto de libertades económicas como un motor de la prosperidad y el crecimiento económico. El objetivo de esta sesión fue analizar y discutir los principios de la regulación inteligente con respecto a los límites que propone el principio de precaución en el establecimiento de normas claras para tópicos como el vapeo electrónico o el etiquetado de alimentos.
El principio de precaución puede ser sintetizado en los siguientes puntos: que exista la posibilidad real de un riesgo, que este riesgo sea grave e irreversible, y que exista un principio de certeza científica, así esta no sea absoluta. Por su parte, la regulación inteligente busca simplificar la relación entre ciudadanos y las administraciones públicas, reduciendo la burocracia y aportando un marco jurídico estable con unas reglas de juego estable con el fin de armonizar los derechos de los usuarios, los poderes públicos y las empresas; es una aproximación pragmática a los problemas.
La provocación inicial del conversatorio estuvo a cargo del miembro del parlamento británico Matt Ridley. En su exposición enfatizó en el papel de la innovación en el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevos productos con el fin de mejorar los bienes y servicios actualmente disponibles. La innovación, aseveró, da paso a la tecnología transformacional a través de la creación de productos que ofrecen el mismo desempeño que otros que ya están el mercado, pero de forma más segura, más barata o menos nociva, como es el caso de los cigarrillos electrónicos que se ofrecen como una alternativa al cigarrillo tradicional.
Con este ejemplo sobre el vapeo y el cigarrillo, el parlamentario introdujo el concepto de la reducción del daño. A diferencia del principio de precaución que se promueve actualmente, la reducción del daño busca poner sobre la mesa diferentes alternativas que ayuden a reducir el riesgo que un producto o una situación genera, evitando las visiones moralistas o prohibitivas, y abogando por las libertades de los individuos. Recordó cómo las vacunas, de todos los tipos, pero haciendo referencia a la que hoy está en boca de todos, la del COVID-19, son un ejemplo de reducción del daño: la vacuna nunca estará libre de riesgo, pero se espera que al aplicarla, aunque no dará una inmunidad total, esta reduzca sustancialmente la mortalidad y las complicaciones propias de la enfermedad.
En consecuencia, el parlamentario abogó por el fomento de una regulación inteligente como una mejor alternativa ante la prohibición. Esta última opción, que es la que se promueve desde el principio de precaución, puede llegar a tener consecuencias peores y no esperadas. Este fue el caso de la prohibición en la Unión Europea del uso y acceso de semillas y alimentos modificados genéticamente. Al no permitir el uso de estos productos, se generó un aumento sustancial en el uso de pesticidas en la producción agrícola, impactando directamente la salud de los consumidores y la calidad de la tierra de cultivo.
Además de la cuestión de los efectos de prohibición, otro inconveniente que genera el uso del principio de precaución, explicó Ridley, es la afectación directa a la innovación, pues exige de la misma que busque soluciones perfectas, priorizando los riesgos desconocidos sobre los que ya se conocen. Adicionalmente, puede haber reticencias a aceptar cierto tipo de innovación por parte de algunos gremios, ante la amenaza de un perjuicio sobre sus propios negocios, que se combinan con la oposición puritana de otros actores sociales que se oponen a la idea de permitir actividades nocivas. Esta situación es desafortunada en la medida que desincentiva la creación de productos y alternativas que busquen disminuir los efectos negativos y que impulsen el desarrollo.
Por su parte, el Representante a la Cámara, Gabriel Vallejo comunicó una preocupación por una batalla cultural que, basándose el principio de precaución, promueve principios prohibicionistas. Expresó que la aplicación del principio de precaución sobre nuevos productos genera trabas para la innovación y tecnología, por lo que es esencial comprender que la ruta apropiada para avanzar hacia la regulación inteligente está basada en la inclusión de evidencia y conocimientos científicos en la toma de decisiones de políticas públicas. Otros factores que amenazan la regulación inteligente en Colombia, agregó, es la sobreproducción de normas, la falta de un diálogo político y social para lograr consensos.
Continuó explicando que se ha abusado del principio de precaución y esto ha llevado a la degradación del mismo. El uso de este como criterio último para definir la existencia o promoción de algún producto o alternativa, sin acudir a evidencia científica que sustente los efectos negativos que se le adjudican, transgrede abiertamente las libertades individuales, la propiedad privada y la innovación. Razón por la cual se debería, sí o sí, transitar hacia un principio de reducción del daño que busque lo mejor para todos.
Posteriormente, el Asesor digital de transformación digital, Jehudi Castro, inició su intervención con una frase para describir la intencionalidad del evento “la innovación es la hija de la libertad y es el padre de la prosperidad”. A lo que continuó presentando las iniciativas del actual Gobierno Nacional en materia de innovación: Los Sand Box. Una estrategia que, según el funcionario, ayudaría a compaginar y conciliar el principio de precaución y la necesidad de brindar un mayor espacio a la innovación y la experimentación.
Los Sand Box, explicó, son un espacio seguro en que las empresas pueden probar productos, servicios y modelos de negocio, sin incurrir inmediatamente en todas las consecuencias regulatorias que estarían presentes en un ambiente normal. Esta estrategia busca resolver las asimetrías de información y desconocimiento de los tomadores de decisiones sobre temáticas que están siendo reguladas como la inteligencia artificial o el internet de las cosas; cuestión que se espera potencie la aplicación de regulación inteligente y evite la prohibición de innovaciones a costa de riesgos futuros no probados.
Una vez terminadas las intervenciones iniciales, el moderador formuló una serie de preguntas que buscaban ahondar sobre cuestiones fundamentales como transparencia en la información, situaciones y realidades actuales que atraviesa el país en materia de innovación o necesidades estratégicas y las oportunidades que tiene el Congreso de la República frente a estos temas de una regulación inteligente.
En relación con la necesidad de acceso a información transparente para asegurar una regulación inteligente, los panelistas abogaron por medidas para equilibrar el principio de precaución e introducir una opción que va más acorde con las libertades individuales y la innovación. Ridley, propuso la implementación de un principio de innovación para ser aplicado cada vez que se quiera imponer una regulación o aprobar una ley; el propósito del mismo sería comprobar si dicho proyecto protege y promueve la innovación.
Adicionalmente, enfatizó en la necesidad de que el Gobierno desestime una postura preventiva y altamente regulatoria, sino que se entienda a la regulación como un elemento dinámico, capaz de transformarse y de actualizarse ante los rápidos cambios de las tecnologías emergentes. Para esto último, agregó el representante, es fundamental abordar el acceso a la información por parte de los equipos de trabajo de los congresistas. La falta de personas interesadas en la innovación y el poco acceso a información sobre la misma, puede llevar a que se tomen decisiones en este órgano sin un criterio científico o premeditado sobre lo que se busca promover.
Para esto último destacó el papel que la academia debe de jugar en acciones de información y en la creación de espacios de conversación con actores políticos que focalice sus esfuerzos en la resolución de problemas basados en datos y modelos. Promoviendo así las ventajas de la variedad, más no de la prohibición sin evidencia suficiente.
Por otro lado, se preguntó sobre la regulación de criptoactivos al representante del gobierno. Este explicó que dado que el Sand Box en torno a este tipo de activos apenas está iniciando, el Gobierno todavía no tiene claro si existirá una regulación y de qué manera será, ya que no hay una preconcepción de un outcome. Pero aseguró que una vez se tengan datos y resultados sobre esta dinámica, se procederá a analizar en compañía del Congreso las regulaciones o desregulaciones pertinentes de acuerdo a la evidencia.
El Sand Box que se adelanta para el uso de criptoactivos cuenta con la participación de los tres bancos principales del país y los dos Exchanges más importantes del mundo. Colombia es el tercer país con más transacciones peer-to-peer en la plataforma de LocalBitcoin, señalando una gran demanda por parte de los colombianos sobre este tipo de servicios y pone sobre la mesa el imperativo de generar una conversación más amplia sobre el tema.
Posteriormente, se discutió el asunto del Fracking en Colombia, debate que está en el Congreso y cuyos detractores quieren prohibir. Ridley, aprovechó el espacio para aclarar que Colombia no debe dejar pasar la oportunidad sobre la extracción de estos tipos de recursos y que es de vital importancia una toma de decisiones rápidas para no dar espacio a la estigmatización y bloqueo de la innovación. El tracking resulta ser una oportunidad para el desarrollo del país.
Finalmente, se discutieron los métodos para impulsar la innovación. Los panelistas hicieron referencia a la inclusión de la ciencia como eje central en la toma de decisiones, abogando así por las libertades, reducción de prácticas ilegales y disminución de impactos negativos. Ridley, por su parte, mencionó cinco aspectos para impulsar la innovación: equilibrar el principio de precaución con un principio de innovación, tomar decisiones de manera rápida, el uso de recompensas y premios a personas que generen soluciones a diferentes problemáticas – una vez que estas soluciones se hayan generado –, generar más espacios como las Sand Boxes en donde las personas y empresas tengan libertad para experimentar de manera más segura, y por último, la importancia fundamental de la libertad para intentar nuevas cosas, de ir en una dirección distinta, de invertir y también la libertad del consumidor de expresar preferencias.
Fuente: Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP)
