Vapeo y Cigarrillos Electrónicos: ¿Por Qué Son Más Seguros?

Todas las decisiones que las personas tomamos a diario conllevan un cierto riesgo, el riesgo, entendido como aquella posibilidad de que se produzca un contratiempo, desgracia o daño, está siempre presente en nuestras vidas, y por mucho que queramos evitarlo, resulta imposible hacerlo. Allí se encuentra la clave, no se puede evitar el riesgo, se debe aprender a vivir con él, tener las herramientas para poder medirlo y actuar en consecuencia.

Consumir azúcar refinada, grasas saturadas, alcohol, tabaco, tirarnos de un paracaídas o ir en bicicleta al trabajo son acciones que en mayor o menor medida pueden resultar dañinas, sin embargo, a nadie podría ocurrírsele, por ejemplo, prohibir las bicicletas, sería absurdo.

Algo similar sucede con los cigarrillos electrónicos. En diversos países y regiones del mundo se avanzó en la prohibición de la producción y comercialización de estos dispositivos y actualmente continúan las presiones para imponer legislaciones similares en varios lugares.

Los cigarrillos electrónicos o dispositivos de vapeo son dispositivos que a veces en su estética emulan a los cigarrillos convencionales, pero que funcionan sin combustión, evaporando un líquido mediante el calor que genera una resistencia en su interior, la cuál es alimentada por una batería. Estos líquidos varían en su composición, pero usualmente contienen propilenglicol o glicerina, saborizantes y aromatizantes (en algunos casos) y pueden o no contener nicotina.

Antes de siquiera comenzar a debatir sobre el tema, es primordial dejar en claro algo, vapear no está exento de riesgos y bajo ningún punto de vista se recomienda comenzar a hacerlo si no se es fumador actualmente. Es difícil analizar los riesgos que conlleva debido a que al ser una innovación medianamente reciente hay pocos estudios a largo plazo sobre el tema. De todas formas, hasta el momento algo se sabe: inhalar vapor con nicotina es dañino para la salud cardiovascular de los usuarios y podría provocar diferentes enfermedades respiratorias como EPOC y cáncer, además, la nicotina es el principal componente adictivo del tabaco. Claramente la abstinencia es la mejor opción, pero es sabido hace tiempo que no es una opción viable ni una meta realista cuando se trata de adicciones. Es aquí donde entra la reducción de riesgos y daños.

Como se mencionó anteriormente, cuando analizamos riesgos, tenemos que saber medirlos relativamente y actuar en consecuencia. Los cigarrillos electrónicos no surgen porque si, se plantean como una alternativa para los cigarrillos convencionales que tanto daño hacen a la población. Cuando los dispositivos de vapeo son comparados con el cigarrillo convencional se encuentra que los riesgos de vapear son considerablemente menos dañinos para el usuario. Es fundamental entender esto, los cigarrillos electrónicos tienen un gran potencial como terapia para dejar de fumar, esa es la principal función que cumplen y deberían cumplir.

En los últimos meses, se ha hecho un gran avance en la ciencia en lo que respecta al estudio de los cigarrillos electrónicos como una opción para dejar de fumar. Recientemente, un estudio de revisión que analizó más de 50 trabajos que incluían 12430 personas que fumaban, comparó a los cigarrillos electrónicos con diferentes terapias para dejar de fumar, entre las cuáles se encuentran: terapias de remplazo de nicotina como parches o chicles; vareniclina; cigarrillos electrónicos sin nicotina; apoyo conductual; y ningún apoyo alguno. Algunos estudios también probaron el uso conjunto de terapias de reemplazo de nicotina con cigarrillos electrónicos.

Lo que pudieron encontrar los autores de este estudio de revisión son los siguientes puntos: 

  • Más personas dejan de fumar durante al menos seis meses con cigarrillos electrónicos de nicotina que con terapia de reemplazo de nicotina o cigarrillos electrónicos sin nicotina
  • Los cigarrillos electrónicos de nicotina pueden ayudar a más personas a dejar de fumar que no tener ningún apoyo o tener apoyo conductual solamente. 
  • Por cada 100 personas que usan cigarrillos electrónicos de nicotina para dejar de fumar, 10 podrían dejar de fumar con éxito, en comparación con solo 6 de 100 personas que usan terapia de reemplazo de nicotina o cigarrillos electrónicos sin nicotina, o 4 de 100 personas que no tienen apoyo o solo apoyo conductual.
  • Los efectos adversos informados con mayor frecuencia con los cigarrillos electrónicos de nicotina no fueron graves (irritación de garganta o boca, dolor de cabeza, tos y náuseas); estos se redujeron con el tiempo a medida que las personas continuaron usando cigarrillos electrónicos con nicotina.

Además, se indica que en algunos estudios se observaron reducciones importantes en los biomarcadores de las personas que fumaban y cambiaron al vapeo.

Estos hallazgos alentadores son tomados con cautela por parte de los investigadores, ellos sostienen que las preguntas sobre su seguridad a largo plazo no se resolverán hasta que estos productos se hayan utilizado durante muchos años, ya que la revisión actual solo contiene hasta 2 años de datos. De todas maneras, la evidencia disponible hasta el momento indica que es muy probable que cualquier efecto adverso a largo plazo que pueda surgir sea mucho menor que el de fumar tabaco.

Los autores de este estudio remarcan la importancia de que continúen los estudios que busquen evaluar el perfil de seguridad de los cigarrillos electrónicos durante el mayor tiempo posible, para así contar con una mayor cantidad y calidad de pruebas que sustente la toma de decisiones.

El panorama que se presenta es prometedor, los cigarrillos electrónicos más modernos contienen mejoras en el suministro de nicotina, lo que podría hacer aún más efectivo su uso. La salud de los fumadores y sus familiares puede mejorar sustancialmente si permitimos que la innovación otorgue soluciones. Los cigarrillos electrónicos demuestran ser efectivos en la ayuda para dejar de fumar, este nuevo tratamiento puede significar una gran parte de la batalla ganada, sin embargo, el escepticismo, el miedo, y los prejuicios hacen estragos en los legisladores que pareciera que su única herramienta hacia lo desconocido son las prohibiciones.

Fuentes: 

Hartmann-Boyce  J, McRobbie  H, Lindson  N, Bullen  C, Begh  R, Theodoulou  A, Notley  C, Rigotti  NA, Turner  T, Butler  AR, Hajek  P. Electronic cigarettes for smoking cessation. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 10. Art. No.: CD010216. DOI: 10.1002/14651858.CD010216.pub4. Obtenido el 6 de noviembre de 2020, de https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD010216.pub4/full?cookiesEnabled

Hartmann-Boyce, J. & Lindson, N. (2020). Nuevas evidencias muestran que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a la gente a dejar de fumar. Obtenido el 6 de noviembre de 2020, de https://theconversation.com/new-evidence-shows-e-cigarettes-can-help-people-quit-smoking-146418

Los cigarrillos electrónicos son «mejores que los chicles o los parches para ayudar a los fumadores a dejar de fumar» (2020). The Irish News. Obtenido el 6 de noviembre de 2020, de https://www.irishnews.com/magazine/science/2020/10/14/news/e-cigarettes-better-than-gum-or-patches-in-helping-smokers-quit–2098670/

Mónaco, F. & Arrieta, E. (2020). Pucho vs. Vapo. Obtenido el 6 de noviembre de 2020 de https://elgatoylacaja.com/pucho-vs-vapo/

* Autor: Remón, Santiago; Asistente de Investigación de la Fundación Internacional de Bases.

** Co-autor: López, Franco Martín; Director de Investigación de la Fundación Internacional Bases

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