La región de Norte América se ha caracterizado por contar con una serie de mecanismos gubernamentales y estructurales que se vuelven dispares entre unos países y otros. Esto sucede en buena medida por las acciones y políticas de gobierno que han afectado con el paso del tiempo la capacidad de competitividad económica, además de que el factor de la protección a la propiedad privada y el respeto a los contratos que se llevan a cabo dice mucho de cómo se puede dar esta generación de competitividad.
La última edición del Ranking de Competitividad 2023 muestra que los Estados Unidos se mantienen en la parte superior de este ranking e incluso ha avanzado un lugar (del lugar 10 al 9). Están seguidos por Canadá que perdió un lugar (14 al 15). Por último, la tercera economía más grande de la zona, México que perdió un lugar más en este ranking (55 a 56).
Este fenómeno se debe en gran medida a la continuidad de las instituciones económicas. Cabe destacar que, después de años de «aislamiento mundial», la capacidad para solucionar problemas y elaborar estrategias fue un factor crucial para determinar cómo los países retomarán la «normalidad» tras el fin de la pandemia y los sucesivos confinamientos. Esto incluye el aumento del gasto público para “mitigar” o combatir los estragos de la pandemia, con la consecuente presión inflacionaria. Así, la inflación en varios países de Latinoamérica (México siendo el peor ranqueado y formando parte LATAM) y que se ha señalado tanto por la CEPAL y el FMI como “inflación alimentaria”, ha aumentado hasta en un 11.9 por ciento (7.8 por ciento en México en 2022).
Aquí podríamos trazar una importante relación con la calidad institucional de cada uno de los gobiernos de los tres países medidos en el ranking, al igual que en los puntajes sobre la competitividad que tienen cada uno; el Índice de Calidad Institucional 2023 elaborado por RELIAL muestra lo importante de la solidez institucional, y como se vuelve un factor de estabilidad en distintos países. La estabilidad institucional permite a los países contar con bases jurídicas que generen condiciones para que se respeten los contratos entre las personas, se proteja la propiedad privada de los ciudadanos y por lo tanto, se de el comercio.
Puede así establecerse cierta correlación entre la calidad institucional y la competitividad: calidad institucional se convierte en un chaleco de fuerza donde se establece en términos generales como un freno al uso indiscriminado del poder político y por el cual ese abuso de poder puede (y en efecto lo hace) afectar la libertad económica de los países y por lo tanto, la misma competitividad.
Una gobernanza simple y sin exceso de burocracia permite que los mercados puedan generar una mayor calidad de vida en los ciudadanos de un país, incluso se puede notar estas tendencias al revisar los lugares donde han sido rankeados los 3 países en el ámbito de la infraestructura.
Canadá ocupa el lugar 11 de acuerdo a la última edición del ranking. Este no ha sido su mejor ni peor lugar, siendo el 2020 y 2021 donde se cuela en el top 10 con un 8° lugar. Por otro lado, su peor desempeño registrado en cuanto a infraestructura del país de la hoja de maple es el año 2019, colocándose en 12° lugar.
Estados Unidos, que si bien es la economía más grande de la región, mostró cambios desde el año 2019 situándose en el primer puesto de la lista. No obstante, esto cambió en los últimos años, saltando entre los lugares 5° y 7°, lo que confirma que ese país se encuentra en buenos lugares de competitividad con respecto a los otros dos.
México desde el año 2019 ha mostrado una caída en este rubro, moviéndose del lugar 57 hasta el lugar 59 de los 64 países que son evaluados por este índice, lo cual lo coloca como en el peor rankeado de la zona.
A su vez, se coteja cierto paralelismo entre la eficiencia del gobierno y la propia eficiencia empresarial de estos países, que además guarda relación con la calidad institucional prestada por los mismos.
En el caso de Canadá y Estados Unidos podemos observar una eficiencia empresarial importante. Los últimos datos recopilados para la edición 2023 ponen a ambos países en los lugares 17° (para el primero) y 14° (para el segundo). Mientras que México se queda en el lugar 51°, prácticamente en los últimos lugares del ranking en el rubro de la eficiencia empresarial.
La eficiencia empresarial depende en buena medida de la eficiencia gubernamental, en este sentido, tanto Canadá como Estados Unidos se han mantenido en un vaivén semi-estable. Para el país de la hoja de maple, su mejor desempeño se dio en el 2020, llegando al lugar 10°, mientras que en la última edición de este ranking, su posición se fija en el lugar 16°.
Estados Unidos en cambio, tiene una situación interesante, donde a diferencia de otros indicadores, su mejor desempeño se dio en el año 2019 estableciéndose en el lugar 23°, mientras que en esta última edición llegó al lugar 25°. Podría parecer algo significativo, pero es importante recalcar que el lugar más bajo del ranking donde se ubican ambos países fue en los años 2021 y 2022, para la versión 2023 del ranking los dos países han logrado regresar a una mayor eficiencia gubernamental pre pandemia y que se refleja en su avance en el ranking de competitividad.
México por el contrario, no sólo mejoró su eficiencia gubernamental, sino que pasó del lugar 52° en el año 2019, al lugar 60° en el 2023. Esto implica que empeoró en materia de gasto público, aumentó sus prebendas y subsidios e incluso estableció control de precios durante estos años para algunos productos y servicios.
Finalmente, es vital señalar algo. Los países con baja presión fiscal y un buen control del gasto público tienen una ventaja. Lo mismo ocurre si tienen pocas restricciones laborales o barreras comerciales. Son más propensos a subir en el ranking. Si ocurre lo opuesto, hay problemas. Si la recaudación fiscal aumenta y el gasto público se dispara, se reducirá la libertad económica. También, si las instituciones son débiles, habrá efectos negativos. Habrá menos poder adquisitivo, falta de bienes y servicios, e inflación. Estas situaciones pueden afectar su posición en el ranking.
El lugar de un país en el ranking puede subir o bajar. Esto depende de las medidas y políticas que se apliquen para mejorar la economía.
*Jorge Alberto Ruiz Meza es un apasionado por el tema de la libertad, la Economía Política y la Teoría Política Estatal, cuenta con una maestría en Gestión Pública y es licenciado en Economía y Finanzas, es asociado de proyectos en la Sociedad Tomás de Mercado y Pasante de la Fundación Internacional Bases.
Fuente: Somos Innovación
